Viajar en familia a la Laponia finlandesa a conocer a Papa Noel

Esto es ahora o nunca. Octubre es el mes para decidir finalmente las vacaciones de Navidad ¿Qué os parece la opción de la Laponia Finlandesa? Para nosotros es el viaje soñado. Mi prima fue hace unos años y ha escrito este recorrido completo para que vayáis planificándolo. ¿Quién se apunta?

DÍA 1 – MUONIO, RENOS Y CINE

En toda la estancia en Laponia estuvimos en Muonio, alojados en las cabañas del Hotel Jeris, un complejo único en el oeste de Laponia al lado del Parque Nacional junto al lago Jerisjärvi.
El área de Muonio esta situado en un enclave de naturaleza intacta y espectacular, al borde del Parque Nacional de Pallas-ja Ounastunturi, en el extremo noreste de Finlandia, casi en la frontera con Suecia y 224 km al norte de la línea del Círculo Polar. Para llegar a la región volamos hasta el aeropuerto de Kittilä.

Una vez ya alojados, el primer día de nuestra estancia fuimos a una granja de renos y descubrimos el placer de conducir un trineo tirado por renos en un trayecto de unos 3 km, al más puro estilo de Santa Claus (pero sin conseguir volar), y disfrutando del paisaje nevado. En el mismo trineo íbamos los tres (padre, madre e hijo) y nos turnábamos para conducir.

Pudimos dar de comer a las hembras, la mayoría embarazadas en invierno. ¿Sabéis que las hembras reno son una de las pocas especies animales que tienen la capacidad de retrasar su parto a voluntad, durante 1 o 2 semanas, si ven que en abril o mayo cuando tienen que dar a luz todavía hace demasiado frío para su cría?

Hacía un frio que pelaba. Llegamos a estar hasta -26 grados. A medio paseo, paramos en una kota para tomar un chocolate caliente. Las kotas son las típicas tiendas de los Sami (lapones) con forma similar a los teepees o tiendas de los indios americanos.

Después de reponer fuerzas, por la tarde descansamos mirando la película La Leyenda de Santa Claus. Así nos fuimos ambientando para cuando llegase el día más esperado para los niños: ¡La búsqueda de Santa!

Cuando regresábamos a nuestra cabaña, estuvimos atentos al cielo, a ver si “cazábamos” alguna aurora boreal. El día anterior hubo mucha actividad solar, pero ese día ya empezó a nublarse el cielo y fue difícil la caza.

Consejo: A poder ser, que los niños tomen sus propias fotografías del viaje. Además de fomentarles la responsabilidad y el interés en el viaje, retendrán las instantáneas que más les plazca y luego serán un recuerdo de lo más divertido. El avistamiento de auroras boreales es una de ellas, puesto que este espectáculo natural no se divisa exactamente tal como lo vemos en la fotos (verdes). Las autoras boreales son más bien una nebulosa gris y es una vez captadas por las cámaras que se ven tal y como las conocemos.

DÍA 2 – HUSKIES Y MASTERCHEF DE GALLETAS NAVIDEÑAS

El segundo día en Muonio también fue espectacular. Visitamos una granja de huskies e igualmente probamos la experiencia de conducir, como auténticos mushers, un trineo tirado por un equipo de estos entrañables y simpáticos perros en un trayecto de unos 9 km.

Los padres íbamos en trineo de dos personas tirados por seis huskies. Los niños iban juntos en un trineo tirado por ocho. Aunque es la actividad más divertida, la verdad es que los niños, al estar quietos bajo esas temperaturas más bajas, sufren bastante el frío a pesar de ir tapados con mantas añadidas, y los más pequeños, incluso, bajo el emblemático paisaje nevado silencioso y sin apenas luz solar, no pudieron resistir y se durmieron.

¿Sabíais que los huskies bien entrenados pueden tirar de hasta siete veces su propio peso?

El equipo de huskies es de unos 6-8 perros. En la cabecera se sitúan los más veteranos, en el medio los medio experimentados y detrás los jóvenes aprendices. Todos ellos tienen una ganas terribles de saltar y correr; por eso cuando están quietos no paran de jugar entre ellos y de ladrar hasta tal punto que resulta imposible oír lo que hablamos entre nosotros.

Por la tarde los más pequeños también disfrutaron de un taller de galletas navideñas de jengibre. Ellos las preparaban y tras su cocción en el horno por el cocinero, la verdad es que resultaba irresistible comérselas y se las quitaban de las manos. Fue nuestra merecida merienda hasta dónde nos permitieron los niños, puesto que la mayoría de galletas las guardaron para regalárselas a Santa.

Tras este intenso día frío regresamos a nuestra cabaña. En la misma cabaña teníamos sauna, muy típica en Finlandia. Cada día fue ideal tomar una sauna y alternarla con una ducha fría y caliente, para irnos a dormir bien tonificados y relajados. Los más atrevidos, salían fuera de la cabaña a hacer la “croqueta” en la nieve o, en las zonas comunes, alternando la sauna con la piscina climatizada los niños y el lago casi helado los más mayores.

No deja de ser una actividad que nos parece un tanto arriesgada a quienes somos de clima mediterráneo (y debe practicarse con prudencia, claro está, siendo recomendable consultar el médico ante la menor duda), pero es toda una tradición en las regiones que rodean el círculo polar (en Finlandia hay casi una sauna por cada 2 habitantes) hasta el punto que nos explicaron que, mientras nosotros celebramos fiestas de cumpleaños en locales, piscinas o en la playa, ellos las hacen en la sauna y los lagos semi helados. Entonces sí que entra bien un chocolate caliente, verdad?

Y es que las costumbres y modo de vivir en Laponia (como en tantas regiones de extremas temperaturas bajas, como las de Siberia que también conocemos) se acomodan a su ubicación ártica, y quienes no somos de ahí nos tenemos que acomodar a ellas si no queremos caer resfriados. Por ejemplo, el modo de vestir: tres capas.

La primera capa son las prendas interiores, que deben ser ligeras, térmicas y transpirables como guantes, calcetines, mallas, camiseta y protector de garganta, todos ellos finos. La segunda capa de ropa debe estar formada por prendas de buenas propiedades térmicas y también transpirables. Lo más recomendado es la lana. Sería el conjunto formado por guantes o manoplas, calcetines gruesos, mallas o pantalones, jersey o forro polar y un gorro. Y la tercera capa es la más externa, la que entra en contacto con los agentes atmosféricos y, por tanto, es importante que sea cortaviento e impermeable. Se desaconseja la pluma, pues es mejor un material sintético relleno de tejidos con propiedades térmicas y de fácil secado.

Que no os tire atrás este modo de vestir, todo es acostumbrarse, y la misma organización nos proporcionó monos térmicos, pasamontañas, botas y manoplas especiales, como también los cascos para las actividades en motonieve.

Con tanta ropa pensaréis que iréis incómodos y no es así. Yo soy muy calurosa y allí llega a hacer tanto frío que me resulta increíble pensar que ¡aguanté llevar tres capas de pantalones y un jersey de lana! Además, el mono térmico que nos proporcionaron es muy “cómodo” en el sentido que llevaba cremallera de arriba abajo y me resultaba fácil ponérmelo y sacármelo rápidamente cuando salíamos o entrábamos en los sitios. No pasa lo mismo con los más pequeños. Todas sabemos o nos imaginamos cómo es esta tarea de tener que poner y sacar a menudo ropa tan aparatosa –botas incluidas- a niños que no tengan aún demasiada autonomía; puede llevar mucho tiempo y les agobia bastante mientras estás en el interior de los sitios con la calefacción muy alta. Pero esto es acostumbrarse; agobia al principio en los primeros días, pero luego todos lo llevamos más por la mano.

DÍA 3 – SAFARI MOTONIEVE EN BUSCA DE SANTA

El tercer día fue el más esperado para los más pequeños. Ese día salimos en safari de motonieve ¡en busca de Santa! Quienes de pequeños disfrutamos con los dibujos animados de Noeli, no pudimos dejar de cantar por el camino la famosa canción de portada (“En Laponiaa hace fríoooo, pero yo me ríoooo…”). Todos llevábamos nuestras cartas de deseos y las galletas preparadas el día anterior.

Conducimos por los bucólicos paisajes lapones de boques nevados y lagos helados. Los niños viajaban en un trineo que arrastraba la moto nieve del guía. Los mayores con carnet de conducir pudimos tener el placer de conducir estos vehículos.

Tras una larga travesía encontramos por fin la cabaña secreta de Santa Claus. Estaba muy escondida pero, tras andar un poco entre los caminos formados por grandes montañas de nieve (la nieve nos llegaba literalmente hasta la cintura), pudimos ver a Elfo, el ayudante de Santa y él nos acabó guiando en el camino hasta dar con él.

No nos lo podíamos creer, ¡estábamos en la casa de Santa Claus! Le dimos nuestra carta, firmamos en el libro de visitas y la situación fue de tanta sorpresa, nervios y emoción que no nos salían las palabras para explicarle todo lo que teníamos preparado para contarle. No sólo esta fue la experiencia reina de nuestras vacaciones. En este mismo recorrido ¡nos certificaron que habíamos cruzado el círculo polar ártico!

Por la tarde realizamos actividades árticas un poco más físicas y divertidas para los más pequeños, como abrir agujeros en el lago helado para pescar, jugar a hockey en la nieve, deslizarnos por toboganes de hielo, hacer caminatas con raquetas o tandem-ski y, los niños de hasta 40 kg aproximados de peso, además, conducir su propia mini-motonieve.
Después de tantas emociones y actividades, regresamos a nuestra cabaña y nos relajamos en la sauna antes de degustar en la cena el mejor salmón ahumado que he comido nunca.

DÍA 4 – SNOW VILLAGE Y LEVI

El último día fuimos a Luvattu Maa, situado en la orilla del río Ounasjoki, donde pudimos conocer una snow village y abrir nuestros sentidos y experimentar el hielo, la nieve y el agua en todas sus estancias.

En su exterior y mientras esperamos en la estación de esquí de Levi para partir hacia el aeropuerto, pudimos imaginarnos cómo se vive y juega en medio de toda la nieve y el hielo que envuelve la Laponia finlandesa.

Hace años en Siberia ya conocimos lo que es pasear con niños por las calles y plazas heladas (en lugar de cochecito tirábamos de nuestro hijo en un trineo); en esta ocasión en Laponia, ya más mayor, él mismo iba en patinete igual que como lo hace por Barcelona, pero un patinete que en vez de ruedas llevaba, claro está, esquís.

Si buscáis agencia para que os organice algo igual, la nuestra fue ITC-International Travel Consulting, una agencia de viajes familiar de trato cercano y muy profesional porque han pisado todos los rincones del mundo.

Maria Jose Cayuela

Periodista en Onda Cero y Prensa Ibérica. Madre de niño y niña. Antes de mi maternidad recorrí todo el mundo, también gracias a mi profesión. Ahora sigo haciéndolo con mis hijos. En familiasactivas.com vamos a compartir contigo todos los lugares a los que podrás ir con los tuyos para disfrutar del tiempo en familia. También te propondremos actividades educativas de ocio para realizar con ellos. Porque estos años son, sin duda, los mejores de tu vida.

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