La oveja Shaun está de vuelta con “La oveja Shaun. La Película: Granjaguedón” en la que unas extrañas luces aparecen en el cielo en la tranquila localidad de Mossingham. Al parecer anuncian la llegada de visitantes de otro planeta, mientras que en la granja Mossy Bottom todo parece seguir igual. Shaun y sus compañeras siguen haciendo travesuras que llevan de calle a Bitzer, el perro pastor que las guarda. Será entonces cuando nuestra pequeña protagonista se encuentre con un divertido alienígena. Los enredos y las escenas trepidantes no harán más que empezar.
“Granjaguedón” es un auténtico festín. Un film en el que sus personajes, sin articular ni una sola palabra, son capaces de reproducir toda clase de situaciones memorables. Sus responsables, utilizando el arte de la stop-motion, nos presentan una secuela repleta de imaginación y situaciones realmente divertidas. Desde los primeros minutos el film se presenta deudor del cine mudo y en particular del género del slapstick. Algunas de las escenas, como la del supermercado o la de los personajes con escafandras, son una delicia delirante. Su humor resultará ideal para el público infantil, pero sin olvidar al adulto gracias a las continuas referencias a series y películas de ciencia-ficción.
La experiencia es doblemente gratificante, ya que su diversión sin límites coincide con el resurgimiento de la productora Aardman, cuyo anterior título, “Cavernícola”, convenció bastante poco, incluso defraudó entre sus seguidores más fervientes. Su gran acierto reside en su aparente sencillez, pero en el fondo lo que busca es regresar al humor visual que tanto nos enamoró con aquellos primeros cortometrajes de Wallace y Gromit.
Sin ir más lejos, la oveja Shaun nació en el tercer cortometraje de esta pareja tan particular. Nick Park, su director, la introdujo en el oscarizado “Un esquilado apurado”. En él, Shaun tan solo tenía un pequeño papel, pero lo suficiente importante para el desarrollo de la trama. A partir de entonces este pequeño ovino comenzó a popularizarse gracias al merchandising, logrando que acabase protagonizando su propia serie de televisión en 2007, doce años después del cortometraje original. A partir de entonces se producirían más de 120 episodios con una duración de siete minutos cada uno. La serie fue reconocida con dos premios BAFTA a la mejor producción animada en 2010 y 2014, además de alzarse con un Emmy al mejor programa infantil en 2010.
El éxito en la pequeña pantalla hizo que en Aardman se planteasen un largometraje, cuyo estreno vio la luz en 2015. Ahora podemos disfrutar a lo grande de su continuación, comprobando que es, aun si cabe, mejor que la primera. En la actualidad se trata de una de las propuestas infantiles, y para el público familiar en general, más recomendables de la cartelera.
Si entráis en este enlace podréis ver su tráiler.