“La felicidad de un perro con su pelota”

La felicidad de un perro con su pelota, publicado por Akal Infantil y perteneciente a su colección de Mil mundos ilustrados, es un libro dulce, poético, tierno e inteligente que, sin ser sentimental, lleva a apreciar la felicidad que conllevan las cosas sencillas y cotidianas de la vida. ¿Existe alguien más feliz que un perro con una pelota en la boca? ¿Quizá un niño con una torre de helado o con una impresionante cicatriz para presumir? Estas y otras cuestiones serán reveladas a lo largo de sus páginas.

Un cuento que parece realizado por un niño

Este libro conecta muy bien con los niños y niñas gracias a sus ilustraciones, las cuales parecen haber sido realizadas por ellos, con ese mismo trazo y colores que caracterizan a los dibujos infantiles. Sin embargo, detrás de estos diseños se esconde la ilustradora Hyewon Yum, ganadora de la medalla de honor Charlotte Zolotow. En este enlace a su página web hallaréis otras de sus interesantes obras dentro de este mismo género.

Por otro lado, también cabe destacar el trabajo de Bruce Handy, periodista, humorista y escritor muy conocido por haber sido el autor del libro “Lo salvaje: el gozo de leer libros para niños como adulto”. “La felicidad de un perro con su pelota” es su primer libro para niños.

Los vaivenes emocionales de nuestras experiencias

Sin duda, esta obra ofrece a los pequeños de la casa una enseñanza muy positiva en lo referente a los vaivenes de las experiencias y emociones. Esto se demuestra sobre todo en las primeras páginas, en las que vemos al perro protagonista esperando con paciencia delante de la puerta, para después salir a correr con ella por el parque. Es decir, hay que entender la paciencia, porque luego obtendrás tu recompensa llena de felicidad.

Esto mismo ocurre en el colegio, con la niña llegando muy nerviosa al recreo porque no conoce a sus nuevos compañeros. Sin embargo, después todo pasará gracias a la alegría que proporciona el momento del juego.

En la vida ocurren cosas positivas y negativas constantemente. Lo importante es aprender de ellas para encontrar nuestro propio equilibrio. Por ejemplo, cuando nos tenemos que despedir de una mascota es muy doloroso, pero luego su recuerdo nos traerá felicidad más veces de lo que cabría esperar.

Si os ha gustado esta recomendación la podréis encontrar pinchando en el siguiente enlace.

Francisco Javier Millán

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