El clásico animado “Fantasía” cumple 80 años. Su estreno se produjo el 13 de noviembre de 1940 en Estados Unidos, y su recaudación fue discreta debido a su carácter experimental y por la imposibilidad de estrenarla en un continente europeo sumido en la II Guerra Mundial. Walt Disney, todo un apasionado de la música clásica, creó, en colaboración con el director de orquesta Leopold Stokowski, una obra maestra que combinaba piezas de distintos compositores con el arte de los dibujos animados. Su producción y su poca rentabilidad casi estuvieron a punto de hundir su recién inaugurado estudio.
Disney había logrado tocar el cielo con “Blancanieves y los siete enanitos” (1937) intentando revalidar su éxito por partida doble con “Fantasía” y “Pinocho” (1940), estrenadas ambas en el mismo año. Este autor ya había demostrado una gran afinidad entre música y animación en el citado primer largometraje animado y en la serie de cortometrajes Silly Symphonies. De esta colección destacan especialmente “The skeleton dance” (La danza del esqueleto) y “The old mill” (El viejo molino), este último un auténtico campo de pruebas para la cámara multiplano, capaz de incorporar a la animación de profundidad, sumada a ingeniosos efectos de luz y de color.
Para “Fantasía” el estudio daría un paso más, tanto en lo tecnológico como en lo artístico, desarrollando una obra sin diálogos basada en siete secuencias animadas. Para ello se contaría con el virtuosismo del director de orquesta británico Leopold Stokowski y la Orquesta de Philadelphia. La grabación de su “banda sonora” y su posterior exhibición le harían convertirse en una de las primeras películas en usar el sonido estereofónico. En aquellos años, la ambición de Disney no tenía límites, llegándose a plantear la posibilidad de ir estrenando diferentes versiones de “Fantasía” a medida que iba incorporando nuevas escenas. Su sueño se vio truncado por culpa de la II Guerra Mundial, la cancelación de su presentación en Europa y la imposibilidad de poder ser disfrutada en salas equipadas con un sistema de sonido propio llamado el Fantasound.
La película contiene piezas de Bach (Tocata y fuga en Re menor), Tchaikovsky (El cascanueces), Stravinski (La consagración de la primavera), Beethoven (Sinfonía nº 6), Ponchielli (Danza de las horas) y Modest Mussorgski (Una noche en el monte Pelado). Sería El aprendiz de brujo de Paul Dukas el tema más reconocible de la obra, con Mickey Mouse de protagonista, incapaz de controlar un potente hechizo que hace que las escobas se multipliquen y se muevan solas.
En 1990, “Fantasía” fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, además de seleccionada para su preservación en el National Film Registry. Roy Disney, el sobrino de Walt, impulsaría una secuela titulada “Fantasía 2000” con el objetivo de conmemorar el 60 aniversario del primer filme y el cambio de siglo. Este nuevo largometraje posee una animación excepcional y composiciones musicales de Edward Elgar (Pompa y circunstancia), George Gershwin (Rhapsody in blue), Igor Stravinski (El pájaro de fuego) y muchas más.