En cuanto se terminan las naciones de verano, las Familias Activas nos ponemos manos a la obra con nuestra próxima escapada familiar. Antes de Navidad, tenemos varios puentes y fines de semanas que podemos aprovechar. Para estos casos, muchas familias elegís ciudades dentro de España con un importante patrimonio artístico y cultural. Afortunadamente, el auge que está viviendo el turismo también ha mejorado la oferta de visitas guiadas. Por un lado, las empresas están optando por los grupos pequeños y, por otro, guías privados freelancer especializadas en su ciudad nos guían por rutas históricas y gastronómicas que nos ayudan a conocer mejor nuestros destinos, pero ¿qué ventajas tiene contratar a un guía privado?
Por qué contratar un guía privado
Vive la ciudad como un local
Los guías privados viven en las ciudades de destino e intentan que vivamos nuestra estancia como lo hace una persona local, sobre todo en términos gastronómicos. Todos los destinos turísticos tienen una zona pensada especialmente para este público. La comida, el vino, la cerveza está diseñada para atraer a unos viajeros que, en realidad, no saben a qué sabe ese plato típico o cuáles son los mejores vinos autóctonos. Los guías privados suelen huir de esas zonas para llevarnos a los lugares preferidos de la gente que vive allí, que sí son expertos en su propia gastronomía.
No sigue guiones
Cuando estamos en un grupo grande de viajeros, el guía se ve obligado a repetir una y otra vez lo mismo. Apenas podéis interactuar con él. En consecuencia, la experiencia es mucho más pobre, porque su labor se diferencia bien poco a la de un robot o la de una audioguía. En este caso, quizá la diferencia esté en que la audioguía la escuchas mejor, porque no estáis perdido entre la multitud. Por supuesto, el guía privado tendrá muy en cuenta que vamos con niños, por lo que el la diversión de los peques está asegurada.
La comunicación es su fuerte
La última vez que estuvimos en una visita guiada de este tipo fue en Granada. Me quedé absolutamente impresionada con las habilidades comunicativas de nuestra guía. Se parecía más a una actriz, a una cuentacuentos que una clásica guía. Tenía muy en cuenta a los peques y lo hizo muy bien ¡los niños estaban súper atentos! Estaban fascinados por las historias de reyes y amores secretos que esconde Granada. Ya hay varias empresas que ofrecen este servicio, así que fue fácil contratarlo.
Visitas personalizadas: nuestro ritmo manda
La otra cara de la moneda es, por tanto, que con un guía privado es este quien se adapta a vosotros y no al revés. Este sabe muy bien que sois una familia, si hay algún pequeño y de qué edades y si también nos acompaña una persona mayor. Este adaptará su manera de comunicar, los sitios elegidos para visitar y el ritmo de la caminata a nuestras necesidades.
Además, charlaremos mientras vamos de un sitio a otro, por lo que podremos preguntar todo aquello que nos interesa de lo que vemos y este, si es una buen profesional, nos contestará con entusiasmo. Este tipo de guía prefiere el dinamismo, los cambios, la conversación, por lo que estará encantado de hablar con nosotros e intercambiar su conocimiento, impresiones y expresiones con las nuestras. No olvides que también a ellos les encanta viajar, por lo que seguro que podréis conversar y comparar unos lugares y otros.
Es cierto que el servicio de los guías privados, ya sean freelanncer o trabajadores de una empresa, son más caros que la de los grupos grandes, pero merece la pena. Tendréis una experiencia diseñada exclusivamente para vosotros, donde la improvisación tiene toda la cabida del mundo y, muy importante, donde se tiene muy en cuenta llamar la atención de los niños.