En nuestro tour por la Costa Dorada este mes de junio hemos estado en las Montañas de Prades. Un lugar maravilloso que ya os hemos recomendado en este blog de viajes para familias. Este año hicimos una ruta diferente con los peques porque es una zona en la que hay mucho que ver. Lo primero que hicimos fue ir a Prades que es un pueblo de alta montaña, está a la misma altura que Vielha para que os hagáis una idea pero a sólo 30 km. de la costa de Cambrils en línea recta. Así que en vuestras vacaciones por la Costa Dorada es muy aconsejable que reservéis unos días para ir a las Montañas de Prades. Os espera mucha historia, tradición y naturaleza, así como ver algunos de los pueblos más bonitos de Cataluña.
Eso sí llevad algo de abrigo, aunque sea en verano. Nosotros en junio nos sorprendió la lluvia. Allí siempre se está fresquito. Cuando os canséis del sol y la playa id a las Montañas de Prades, no os arrepentiréis. Y os vamos a recomendar que os alojéis en Can Llorens, unos apartamentos turísticos rurales ideales para familias. Nos atendió de lujo Rosa María y nos contó la historia de su familia que ha vivido toda la vida en Prades. De hecho estos apartamentos turísticos se construyeron hace 13 años en el pasaje de la muralla sobre los antiguos establos y el obrador de la familia. Veréis que ahora son 5 casas independientes maravillosas con capacidad para alojar de 4 a 6 personas. Están en pleno centro cerca de todo, totalmente equipadas y de estilo rústico. Los peques disfrutaron de lo lindo jugando en su amplia plaza dentro de la misma casa de payés, fantástica para realizar todo tipo de actividades en familia. Además, Rosa María tiene el jardín precioso, maravillosamente cuidado. Es un oasis de paz construido en las paredes de la antigua certificación medieval. Los baños, las cocinas, las salas de estar con calefacción y todos los servicios son ideales. Can Llorenç será vuestro campo base para realizar las infinitas excursiones que podéis hacer por las inmediaciones de la región.
El pueblo medieval de Prades, a 950 metros de altura, también se le conoce como la ‘vila roja’ por el color de la piedra con la que están hechas sus construcciones. Hay que pasearse por sus calles empedradas con los ojos bien abiertos y una de las mejores maneras de hacerlo es con una guía especializada en turismo familiar. Nosotros hemos repetido con La teva ruta, la empresa de Mª Carme Granados a la que ya conocimos hará dos años y con quién disfrutamos de todas y cada una de las piedras de este lugar. Esta vez nos acompañó Judith quién había preparado una yincana para los peques con diferentes pruebas.
Con ella descubrimos los restos del castillo y la muralla medieval, los portales y el arco gótico. Quedamos en la Plaza Mayor que es un conjunto arquitectónico harmonioso, sobre todo, en un día de lluvia, en el que estaba completamente vacía, algo poco común en Prades. Veréis en las fotos su fuente esférica renacentista de la que brota el cava durante la fiesta del Cava de Prades, una tradición bien curiosa.
A su lado la iglesia de Santa María de transición al gótico, con sus muros de piedra roja. Todo el conjunto histórico de Prades que descubrimos con La teva ruta, está catalogado como Bien Histórico de Interés Cultural el año 1993. Conocimos la historia de ‘El nen de Prades’ que a vuestros hijos también les encantará, sus fiestas populares, sus gigantes, su patrona y la virgen más apreciada por sus habitantes: la Mare de Déu de l’Abellera, cuya ermita construida en el siglo XVI ya visitamos en una ruta que habíamos hecho en bicicleta años atrás.
Este año quisimos repetir con la bici y fuimos a Sobrerodes (Carrer Major, 12) la tienda de Anna y Carles en la que podréis alquilar bicicletas para vosotros y los peques. Para hacerlo más emocionante este año cogimos un remolque en el que fue Valentina. Un consejo os vamos a dar si vais a hacer una excursión por los caminos naturales de Prades: haced caso a las indicaciones que os darán Anna y Carlos que lo conocen todo y adaptarán la ruta a vuestro nivel y expectativas. No utilicéis el GPS. Nosotros pusimos Google Maps y nos perdimos totalmente. Nos habían indicado una ruta facilita, asfaltada y sin pendiente, para ir en familia haciendo un paseo agradable y acabamos subiendo una larga pendiente de piedras (bajar aún fue más complicado) y, encima, no llegamos a nuestro destino. Eso sí las risas estuvieron aseguradas pero es mejor no perderse porque hay muchas cosas bonitas que ver en Prades, paisajes únicos, y pasar una tarde esquivando piedras no es aconsejable si vais con peques. Si sois expertos en BTT ya no digo nada, pero nuestra intención era seguir un camino sencillo y agradable.
Para comer y cenar en Prades hay muchísimos lugares muy recomedables. Uno de los platos típicos que tenéis que probar es la sopa de tomillo. Buenísima. La semana anterior a nuestra llegada había sido la fiesta popular que rinde honor a esta hierva aromática. Las patatas de Prades también son únicas y famosas por su sabor pero en junio aún no se han recogido de los campos. Nosotros fuimos al restaurante La Botiga (Plaça Major, 14). Siempre que vamos a Prades solemos visitarlo. Mª Rosa Domènech es súper amable y los platos típicos de la región que probaréis allí os encantarán. Cocina tradicional mejor que en casa. No os decepcionará.
Este año por primera vez fuimos a comer al restaurante Comtes de Prades (arriba fotos), que está en el Camping de Prades (Carretera T-701, KM 6,850). No conocíamos este camping con bungalows e instalaciones muy top para las familias. Tiene dos piscinas, pistas de padel y basquet. En el restaurante nos atendieron con mucho cariño y comimos bien.
Pero donde cenamos de lujo fue en el restaurante Pep Cardona (Carrer Nou del Pont, 9), arriba veis las fotos, que antes se había llamado ‘El nen de Prades’ haciendo honor al famoso bandolero. Cenamos una ensalada con virutas de foie y vinagreta de quicos, pulpo a la brasa, mejillones y tataki. Los peques compartieron una hamburguesa. Tenéis que reservar hueco para los postres caseros que son buenísimos: la tarta tatin os la recomendamos totalmente.
Por la mañana teníamos la intención de hacer una actividad de Paint Ball e iniciación a la escalada en Prades Aventura (C/ Sant Llorenç, 8) pero nos la cancelaron a causa del mal tiempo. ¡Qué pena! Pero si vais a Prades tenedlo en cuenta. Así que pusimos ruta a Capafonts un pueblo que nos encanta y en el que ya habíamos estado. Capafonts está a unos 135 km de Barcelona. El pueblo recibe su nombre por las numerosas fuentes nacientes del río Brugent, que son una maravilla. Es un lugar ideal de turismo rural para familias viajeras con sus hijos que van a descubrir, como nosotros, la naturaleza virgen que da vida a estas montañas.
Obligado es que vayáis a comer al Restaurante El Grèvol. Es un local en el centro del pueblo donde os sentiréis como en casa. Cada vez que vamos felicitamos a su cocinera. Comeréis bien, cantidad y variedad. Además, su dueño es súper amable. Es un lugar en donde tenéis que parar, sí o sí. Nos hubiéramos quedado un par de días en Capafonts (y comiendo en El Grèvol) pero teníamos que seguir nuestra ruta por la Conca de Barberà en dirección al Monasterio de Poblet.
Mi hermana me lo explicaba hace unas semanas, toda la vida en Catalunya y aún no habíamos visitado Poblet. Descubrirlo con los niños os encantará porque tiene rincones mágicos. Podéis hacer la visita libremente o contratar unas audioguías. También hay guías profesionales. El Monasterio de Poblet es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO en 1991. Esté en el municipio de Vimbodí y Poblet, en los pies de las Montañas de Prades. Tened cuidado con su horario. Las últimas visitas que se aceptan son a las 17:25h, así que no lleguéis tarde.
La arquitectura os embriagará. Sólo podréis visitar algunas zonas de este conjunto cistercense (que es el más grande de Europa) ya que está en una gran parte habitado por una treintena de monjes. Se empezó a construir en 1150 y uno de los guías allí presentes nos enseñó cómo sus torres combinaban diferentes estilos arquitectónicos. Contiene el Panteón Real de la antigua Corona de Aragón. Fuimos a la iglesia, al claustro, a la sala capitular entre otras dependencias. Como no llevábamos audio ni guía nos perdimos un poco, así que os recomiendo que no lo hagáis por libre. Vale la pena que te cuenten la historia ya que estás allí. Los niños en seguida se cansan y empiezan a correr por entre sus pasillos si vais sin rumbo. De cualquier manera hicimos unas fotos preciosas para el álbum familiar. Así que ya forma parte de nuestros recuerdos.
Si aún tenéis hambre de montaña podéis al salir del Monasterio de Poblet hacer una ruta a pie por el itinerario micológico de la Vall de Castellfollit. Se trata de encontrar ‘bolets’ pintados en los árboles. Para llegar tenéis que coger desde el Monasterio la carretera T700 en dirección a Prades. Veréis a unos 6 o 7 km, justo a la altura de una cruz de madera, a mano izquierda, el acceso a la Vall de Castellfollit del Paraje Natural de Poblet. Los bosques de la zona contienen una gran diversidad micológica (más de 700 especies). A nosotros nos llovió de nuevo y tuvimos que retirarnos hacia Vilaverd.
Allí nos alojamos en el Hotel Cal Maginet (Plaça Catalunya, 16). Esta a 5km de Montblanc en dirección a Reus. Mercè nos recibió y trató de maravilla. Este pequeño hotel tiene confortables habitaciones y amplias salas de estar. Teníamos una habitación familiar con cama de matrimonio y dos camitas para los peques. Cenamos cocina de mercado y descubrimos los vinos de la tierra. Caímos rendidos.
Nos esperaba una mañana intensa. Tres actividades geniales para disfrutar en familia. Primero descubrir el Museo del Vidrio de Vimbodí y Poblet, en donde el maestro Paco Ramos nos hizo una demostración de lujo. Súper recomendable para ir en familia. Veréis en directo como se trabaja el vidrio caliente. Los niños quedaron maravillados al ver cómo creaba perritos, gatitos, rosas con vidrio macizo y porrones al soplar. Pensad que veréis cómo se trabaja la pasta de vidrio a 1.000º C de temperatura.
Luego visitamos el Museo en donde hay una bonita selección de piezas antiguas y tradicionales de vidrio. De Vimbodí nos trasladamos a l’Espluga de Francolí. Fuimos a Drac Actiu (Partida del Gorg s/n) un lugar donde vais a poder hacer muchas actividades en familia. Nosotros empezamos con el tiro al arco. No se nos da nada mal. Pero sin duda, lo que destacamos de este día fue el Taller de la Prehistoria en las Cuevas de l’Espluga, una puerta abierta al pasado. Os recomiendo visitar su web para que veáis todas las actividades que podéis realizar allí en familia. Si os gusta la historia este es vuestro lugar. Los peques hicieron un taller en el que aprendieron a construir una cabaña con herramientas de la prehistoria y luego una pintura rupestre. Pero también podéis visitar las cuevas y adentraros en ellas con un traje de neopreno remontando el río subterráneo. Vaya descubrimiento.
Lo cierto es que estábamos muy cansados y fuimos directos a comer al Restaurante Masia Sagués (Carretera de Poblet a Prades, a 800 m del Monasterio de Poblet). Ya habíamos estado allí el año pasado cuando visitamos los campamentos de verano en inglés, English Summer. Las dos veces comimos de maravilla, pero en esta ocasión conocimos a Angelina, la propietaria quién nos contó la historia de su familia al frente de esta casa y cómo ella ha hecho del negocio un lugar único, lleno de encanto y amor. Tenéis diferentes apartamentos en la Masía (preciosamente decorados por Angelina) por si queréis quedaros unos días allí. Es un lugar ideal para pasar unas vacaciones en familia y visitar Poblet. Volveremos sin duda a esta maravillosa región lleno de naturaleza. Nos quedan muchas cosas por ver y en las Montañas de Prades siempre descubrimos lugares nuevos y mágicos.
2 Comments
Hermoso recorrido, y bastante activo. La debieron de haber pasado fenomenal y aprendido un montón. El museo, el hotel, el tour, las cuevas, hasta el restaurante. Y muy bonitas fotos, un abrazo
Muchísimas gracias por leerlo y dejar el comentario. Muy amable. Un abrazo