Desde las vacaciones no habíamos hecho un viaje con los niños. Hace muchos años que quería visitar el Guggenheim de Bilbao y tener la posibilidad de hacerlo en familia me hacía muchísima ilusión. El hotel Holiday Inn de Bilbao tiene una campaña internacional llamada You’re Welcome (eres bienvenido) orientada a familias. Por ejemplo, cuentan con un servicio de niños gratis donde los menores de 18 años no pagan alojamiento y los de menos de 14 años además no pagan la comida. Cuando llegamos el viernes por la noche y vimos que había muchos papás con sus peques ya me encantó el lugar. Cuando hay otras familias como tú en un hotel como este tan elegante (pensad que ha sido enteramente reformado este año), te sientes más cómodo.
La localización en la ciudad es magnífica. El Holiday Inn Bilbao está situado al lado de la Basílica de Begoña y del centro histórico de la ciudad, a 8 minutos del Museo Guggenheim y de la ría de Bilbao, por ejemplo. Y os lo digo con esta precisión porque fueron las dos primeras excursiones que hicimos con los peques. Pero luego os las cuento.
Al llegar a nuestra habitación, que era enorme como veis en las fotos, nos encontramos un paquete sorpresa con el lema You’re Welcome. Dentro había unos calcetines divertidos de rayas que en seguida Valentina dijo: “míos”. Mientras Jorge saltaba en la cama gigante que debía acogernos esa noche, porque los peques dormían en dos camitas en la misma habitación pero separadas por una puerta corredera. Así que era casi una suite. Ellos tenían su propia televisión, en la que se ponían sus dibujos y nosotros la nuestra para ver las noticias. Ahora, que se acercan las fiestas navideñas hay muchos anuncios de juguetes y a los niños les encantan. Reconozco que a mi también. En este pack de bienvenida para familia también teníamos nuestras zapatillas y albornoces para andar cómodos en la habitación y también para asistir al Spa del hotel que gestiona Metropolitan.
Por cierto, el segundo día me hice allí un tratamiento de belleza maravilloso mientras los peques jugaban en el hall del hotel. Porque el Holiday Inn Bilbao tiene todo tipo de juegos de mesa para las familias, además de billar en la zona del lobby. Jorge me confesó que le gustaba mucho el hotel y que quería quedarse más días. Para mi la suya, es la mejor opinión.
El Holiday Inn Bilbao es un hotel familiar pero también de negocios e incluso celebraciones. En los tres días que estuvimos allí compartimos momentos con otros niños de una familia al completo que se había reunido de toda España para celebrar las bodas de oro de los abuelos.
A mi cuando un hotel me llega al alma es cuando sus empleados llaman a mis hijos por sus nombres. Al principio pensé: “me han oído a mi”, pero no, porque cambiaban el turno de camareros y seguían dirigiéndose a Jorge y a Valentina con mucho cariño. Son súper amables. Celio, uno de ellos se desvivía a la hora del desayuno para que no nos faltara café caliente. De verdad una maravilla. Yo observaba las otras mesas y el trato con el resto de clientes y familias era igual. Son así, no solo con nosotros, sino con todos los niños que pasan por allí con sus papás y mamás.
En Bilbao, como os comentaba, disfrutamos mucho con la visita al Guggenheim. A mi me encanta el arte, pero aún disfruto más cuando estoy toda una mañana en un museo visitando sus salas e instalaciones y los niños no se quieren ir. Pasamos mucho rato admirando la exposición temporal Making África. En la foto veis a los peques bailando con la música que oían por los cascos. También con otras vídeo instalaciones increíbles. Yo aluciné con la obra del pintor americano Alex Katz.
El Guggenheim también organiza talleres para los peques. Nosotros apuntamos a Valentina a uno titulado Books Alive (para niños y niñas de 2 a 5 años) pero la pequeña decidí en el último momento que no quería entrar porque prefería seguir recorriendo las salas del museo con mamá y papá, escuchando la audioguía. Porque eso sí, os recomiendo que cojáis una audioguía por persona. Nosotros sólo teníamos dos y prácticamente la utilizaron los niños todo el rato. Cuando descubrieron que en cada obra había un número que al presionar ponía en marcha la explicación ya no nos las quisieron devolver.
Tras el Guggenheim volvimos al Holiday Inn Bilbao para comer. No quisimos quedarnos a comer por la ciudad porque el día anterior habíamos cenado en el hotel y nos había gustado su extensa y cuidada carta. Así que preferimos comer allí y descansar un poco antes de ir a hacer un tour por la ría en los Bilboats. Fui muy bonito porque cogimos el barco a las 17:50 h. (el amarre está junto al puente del Ayuntamiento) y aunque el tour duró solo una hora, vimos atardecer desde la ría. Las vistas son preciosas. Os lo recomiendo si vais con niños. Hay muchas más cosas que hacer en Bilbao podéis visitar la Alhóndiga de Bilbao o hacer un tour guiado al puente colgante de Vizcaya.
Por la noche, fuimos a Indautxu y allí empezó nuestro gastro tour de pintxos. Hay muchas zonas para ir de pintxos en la ciudad. A nosotros nos indicaron esta y la verdad es que estaban buenísimos. No sé si vuestros hijos son buenos comedores y comen de todo, pero hay pintxos que seguro les encantan: de tortilla, con croquetas, etc. Pasamos una noche estupenda los cuatro y al final volvimos al Holiday Inn Bilbao. Los peques se quedaron derrotaditos durmiendo.
A la mañana siguiente nos turnamos para visitar el Spa. Como me había hecho el día anterior un tratamiento maravilloso, esta vez fue papá quien pudo disfrutar de su piscina climatizada. Yo aproveché y me fui con los peques a desayunar y de paseo por la zona, al parque Europa, en el que hay canchas de baloncesto, columpios, etc.
Al hacer el check out les dijimos lo mismo que os escribo aquí, que nos habíamos sentido mejor que en casa y que sin duda, sería nuestro hotel si volvemos a visitar Bilbao. Y ¡volveremos! porque esta ha sido una pequeña escapada en familia pero nos quedan muchas cosas por ver.
