“Los buenos profesores”

Los buenos profesores, dirigida por Thomas Lilti, llega a las salas de cine españolas tras su éxito en Francia. Se trata de un magnífico homenaje al oficio del profesor que tuvo una muy buena acogida en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián.

Esta comedia dramática reivindica la profesión de la educación y su papel como pilar fundamental de cualquier sociedad. A través de un sobresaliente trabajo de interpretación coral, varios actores bastante conocidos del cine francés dan vida a un grupo diverso de docentes. El guion ofrece un retrato realista de los profesionales que nos acompañan desde nuestra infancia poniendo especial énfasis en los valores que forjan la vocación de maestro.

Sinopsis

Empieza un nuevo curso escolar. Benjamin es un estudiante de doctorado sin beca. Ante la falta de perspectivas de futuro, acepta un trabajo como profesor en un instituto. Sin formación ni experiencia descubre lo duro que puede ser la profesión de maestro en un sistema educativo afectado por una falta de recursos crónica. Con el apoyo y el compromiso del resto de docentes, y un poco de suerte, se replanteará su vocación.

El cine escolar en alza

En los últimos meses hemos asistido a numerosos estrenos de películas cuyas historias se centran en ambientes escolares: la también francesa Divertimento, ubicada en la educación musical, la española El maestro que prometió el mar, la alemana Sala de profesores y la mexicana Radical, sobre las revolucionarias técnicas de Sugata Mitra.

En el caso de Los buenos profesores, los espectadores se pondrán en la piel de Benjamin, el profesor suplente de matemáticas, con el que irán descubriendo todo un año escolar repleto de desafíos. Sin embargo, el filme enseguida muestra su estructura coral, abordando la vida profesional y privada de sus compañeros de claustro. Existe un conflicto principal con uno de los alumnos, pero este solo es un pretexto para ir desentrañando la labor diaria de estos profesores de instituto. Curioso es, sin duda, el título original en francés Un métier sérieux, cuya traducción literal sería Un trabajo serio.

Poner en valor la figura del profesor

El director Thomas Lilti está muy vinculado a la enseñanza, varios de los miembros de su familia son profesores de secundaria. En su nuevo filme deseaba acercarse a esta profesión, muy dura en los tiempos que corren, y más desde la perspectiva de la escuela pública. El guion, que él mismo firma en solitario, fue resultado de un extenso trabajo de documentación basado en reportajes de televisión y artículos periodísticos. Asimismo, entabló contacto con varios profesores en activo e incluso tuvo la ocasión de compartir su labor en las aulas y entrevistar a alumnos para conocer su punto de vista.

Sin embargo, al cineasta no solo le interesa el perfil profesional de sus protagonistas, sino además su vida cotidiana. Los profesores tienen sus propios problemas diarios que de alguna manera terminan mezclándose tanto en casa como en el colegio. Hay una dificultad enorme a la hora de armonizar la vida personal con la profesional, aspecto que en el ejercicio de la docencia tiene una relevancia muy a tener en cuenta.

En este enlace podréis ver el tráiler de esta película.

Francisco Javier Millán

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