“La Sirenita” es la reinvención en acción real del musical clásico animado de Disney ganador del Óscar, inspirada en el cuento intemporal de 1837 del escritor danés Hans Christian Andersen. Al frente de la dirección tenemos a Rob Marshall, un cineasta con una gran experiencia en el cine musical con títulos como “Chicago” (2002), “Nine” (2009) y “El regreso de Mary Poppins” (2018). Se trata de una gran producción que combina imagen real con la mejor animación fotorrealista actual.
Esta nueva versión respeta todas y cada una de las canciones de Alan Menken y Howard Ashman, compositor y letrista que consiguieron con sus extraordinarias dotes musicales revitalizar el género de animación en la década de los 90. De hecho, la oportunidad de volver a escuchar la partitura de Menken en una sala se convierte en razón ineludible para comprar la entrada. Asimismo, el filme añade tres nuevas canciones escritas por Lin-Manuel Miranda, con quien Disney ha entablado una estrecha vinculación en los últimos años.
Para llevar de nuevo esta historia a la gran pantalla se ha contado con un reparto encabezado por la actriz, cantante y compositora estadounidense Halle Bailey. Dicha artista ha despertado duras críticas en diversos medios de comunicación y redes sociales. No son pocos los que consideran su elección como una maniobra más de la política de inclusión imperante en el Hollywood actual. Sin embargo, la joven actriz demuestra con creces haber nacido para interpretar a Ariel, tanto en su incontestable perfil musical, como también en las características dramáticas y cómicas propias del personaje. Detrás de estas declaraciones negativas se esconden las típicas voces que atacan una y otra vez a la compañía Disney, sin haber visto siquiera el deslumbrante resultado de una joven que ha dado lo mejor de sí para sacar adelante una Ariel que bien puede convertirse en referente para una nueva generación.
Quizás, de todo el reparto, la que peor sale parada es Melissa McCarthy. Su interpretación de Úrsula, una de las villanas más contundentes del panteón Disney, queda perjudicada por un CGI no demasiado atractivo. El clímax final roza lo terrorífico para un público muy infantil y es demasiado rocambolesco para el adulto. Su tema musical, “Pobres almas en desgracia”, se queda insípido si lo comparamos con la brillante escena homónima del clásico animado.
“La sirenita” no entra, por poco, entre los mejores live action de la compañía. No se atreve a salirse de la trama original tal y como hicieron en Dumbo (2019) de Tim Burton, ni tampoco apabulla con ese realismo técnico que supuso El libro de la selva (2016) de Jon Fravreau. Como era de esperar, no es el desastre que muchos quisieran que fuera. Y lo mejor de todo, nos hace regresar a ese universo de los cuentos de hadas nadando a contracorriente. Es decir, volviendo a la senda clásica de este tipo de historias, cuyo legado debería seguir presente entre los niños actuales. “Pobres almas en desgracia” las de aquellos que no sepan ver los grandes atractivos de esta propuesta.
Aquí en este enlace os dejamos su tráiler.