El Grup Balaña ha organizado un evento muy especial para las familias en Barcelona con la proyección, el próximo domingo 9 de febrero, de la película Hook (El capitán Garfio). Una película dirigida por Steven Spielberg que con el paso de los años se ha convertido en todo un clásico de culto. La proyección se llevará a cabo a partir de las 17:00 h. en los Multicines Aribau, pero antes, en el mismo vestíbulo del cine, podremos viajar a la isla de Peter Pan con los personajes de la película y todo su mundo de fantasía. Para más información y compra de entradas podéis entrar en el siguiente enlace.
Había pasado casi una década desde el estreno de E.T. El extraterrestre (1982), película en la que Steven Spielberg mostraba por primera vez su interés por la obra de J.M. Barrie. El autor británico presentaba muchos puntos afines con su filmografía y su manera de ver la vida. Precisamente en E.T. tenemos la primera referencia a Peter Pan (1904) en la escena en la que Dee Wallace le está leyendo a Drew Barrymore el pasaje de las hadas mientras Elliott observa atento desde su habitación.
El cineasta se podía considerar como un claro heredero de Walt Disney, al que hace homenajes en títulos como Encuentros en la tercera fase (1977) y 1941 (1979). En la primera sustituía la famosa Estrella Azul de Pinocho (1940) por una gigantesca nave espacial, y en la segunda un alto mando militar se pone a ver Dumbo (1941) en medio de una crisis bélica en California.
En el año 1953 la compañía del ratón lanzaba su personal adaptación de la obra de Barrie, logrando uno de sus clásicos más queridos. No es difícil imaginar a un pequeño Steven maravillándose con las aventuras de los Niños Perdidos en el País de Nunca Jamás. Siempre había tenido en mente realizar una adaptación fiel, pero el proyecto se iba postergando una y otra vez. La gran oportunidad vendría con el guion de Jim V. Hart, autor también de la particular Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1992). Hart planteaba una historia más allá del relato que todos conocían, transformando a Peter Pan en Peter Banning, un hombre de negocios que ha olvidado completamente su pasado, acercándose más a los piratas que a las hadas mágicas. Por decirlo de alguna manera, Peter había perdido la sombra que Wendy le cosió a sus pies.
Spielberg llegaría al proyecto de rebote. El estudio no quería que Nick Castle, director asignado inicialmente, fuera el que lo llevase a cabo. Su nombre era poco conocido entre los espectadores, a pesar de haber trabajado junto a John Carpenter y realizar una película titulada Más allá de la realidad (The Boy Who Could Fly) (1986), un cuento con un moderno Peter Pan de clara inspiración Amblin.
NO CREZCÁIS, PARAD EN ESTE MISMO INSTANTE
Los hijos de Peter, cuando atraviesan el umbral de la casa de Wendy (Maggie Smith), son recibidos por ella con una de las frases más importantes del relato: “No crezcáis, parad en este mismo instante”. La anciana es consciente que la llegada a la edad adulta implica la pérdida de la imaginación, algo que le ha ocurrido a Peter (Robin Williams) al convertirse en un tipo corriente. Con esta motivación Hook (El capitán Garfio) sería la película de Spielberg que más abrazase a la fantasía, la cual irrumpe de una manera inesperada y radical. En el resto de sus trabajos la intrusión de lo imposible se hace más gradual a medida que transforma la realidad de una manera más fluida.
El capitán Hook (Dustin Hoffman) y sus esbirros abducen a los hijos de Peter, obligándole a regresar al País de Nunca Jamás con el fin de zanjar en combate una disputa que dura ya mucho tiempo. El célebre pirata también tiene miedo a crecer, a juzgar por su costumbre de esconder todos los relojes bajo la custodia del enorme cocodrilo que devoró su mano. Para este villano irrepetible será muy desolador reencontrarse con un envejecido Peter. Su oponente ya no es lo que era y verse reflejado en él demuestra que no son tan diferentes. No es de extrañar que al principio crea que se trata de un impostor. Garfio le dice: “¿Eres tú, mi grande y digno oponente?”. En gran media había un mensaje oculto detrás de todo esto: Spielberg estaba a punto de cambiar, ya que sus escarceos en el género dramático no tardarían en triunfar. En esta nueva línea, con la magia completamente desterrada, Hook sería su última gran fantasía, un canto de cisne que funcionaba a modo de compendio de toda su obra hasta ese momento. Aun así, los espectadores la recibieron correctamente pero no de manera entusiasta, y los críticos la castigaron duramente.
El tiempo, nunca mejor dicho, la pondría en su sitio, y muchos de los niños, que la vieron en su estreno, la reivindican hoy en día como obra capital de su formación emocional. Indudablemente no obtuvo la misma fuerza generacional que E.T. o Los Goonies, pero sí que se encuentra entre las favoritas de aquellos que la disfrutaron.
