Cuando en 2014 se estrenaba Maléfica me debatí, al igual que le ocurría al personaje de la película, entre el bien y el mal, entre una buena y una mala crítica. Una ambigüedad como la vida misma, que convertía a este querido villano de Disney en un ser mucho más amado que temido. Las virtudes de aquel film eran muchas: un diseño artístico atractivo, unos efectos especiales deslumbrantes (véase el dragón del tramo final) y un sentido de la maravilla permanente en muchas de las escenas, y, sobre todo, Angelina Jolie, soberbia y cautivadora. Su sola presencia robaba cualquier atisbo de duda. La actriz se tomó muy seriamente a su personaje y le dotó de un atractivo abrumador. En la escena inicial entrando al castillo, cuando está a punto de maldecir a la recién nacida Aurora, resultaba magnética.
Aun así, este primer film mostraba algunos lastres difíciles de obviar, como es el caso de las hadas madrinas que abandonaban su lado candoroso convirtiéndose en unas criaturas delirantes. La cinta también mostraba las ya habituales batallas épicas heredadas de El Señor de los Anillos, con ejércitos de humanos enfrentándose a seres mágicos, dinámica repetitiva usada en las adaptaciones de Alicia y Blancanieves. No es que la batalla por conquistar el mundo mágico fuera mala, ni mucho menos, sino más bien daba la sensación de haberla visto ya. Pero todas estas propuestas, que sin duda eran muy atractivas para el gran público, no fueron quizás las que más pesaron a la hora de aceptar o no la historia. Lo más rompedor fue el cambio de tono. Tras la apariencia de cuento gótico tenebroso, nos encontramos un canto al amor y a la vida incluso superior al que estaba presente en el clásico animado.
Sus responsables le dieron la vuelta a todo. El cuento era el que es, sus líneas maestras también, pero su desenlace fue más que sorprendente. Por ello muchos se quejaron de que esta villana irrepetible fuera suavizada por la misma casa que la hizo convertirse en una de las más recordadas. El resultado dio lugar a un giro inesperado, aunque sin duda mantuvo la misma tendencia de lo que estábamos viendo por aquel año en la pequeña pantalla con series de televisión, ambas dos magníficas, como Érase una vez y Grimm. Estos dos formatos fueron capaces de innovar sobre relatos más que explotados, consiguiendo que funcionasen en diferentes niveles al servicio de su desarrollo argumental. En definitiva, una actualización más que necesaria a los tiempos modernos.
Ahora nos ha llegado su inevitable continuación, llevándonos a varios años después de los acontecimientos narrados en el primer film. En esta ocasión la relación entre Maléfica y Aurora se pone en serio peligro, y más cuando la reina, la madre de su prometido, se empeña en hacerse con el control del hogar de los seres mágicos. La situación le llevará a Maléfica a conocer sus verdaderos orígenes, y a enfrentarse a una dura prueba contra la persona que más feliz le hace en este mundo. Maléfica: Maestra del mal es una más que decente secuela que agradará a todos los fans de la cinta original.
En este enlace os dejamos su mágico tráiler.
