“El secreto de Vicky”

El secreto de Vicky, estrenada en cines hace apenas dos semanas, sigue la estela de otros títulos similares, producidos desde Francia, que tienen como hilo conductor la defensa de la naturaleza. De hecho, este filme, destinado para toda la familia, está producido por los responsables de “Belle y Sebastián”, de la que os hablamos hace ya un tiempo en el artículo que encontraréis en el siguiente enlace.

Sinopsis

Vicky, una niña de 8 años, dejó de hablar y comunicarse con el mundo tras la pérdida de su madre. Su padre decide mudarse a las montañas con ella en busca de un nuevo comienzo para ambos. Nada cambia hasta que Vicky encuentra y adopta a un cachorro, al que bautizará “Mystère”. La alegría regresa hasta que, en el pueblo, descubren que se trata, en realidad, de un lobo.

El secreto de Vicky tuvo su presentación en España en la pasada edición del Festival de Sevilla, donde se alzó con el Premio Europa Junior. El cineasta Denis Imbert se basó en una historia real, acerca de un padre que regaló un cachorro a su hija sin saber que, en realidad, se trataba de un lobo. Esta premisa le da la oportunidad al director a explorar las difíciles relaciones entre los ganaderos y los animales salvajes de los bosques circundantes.

El lobo, al igual que ha ocurrido en España, ha ido recuperando el terreno tras décadas de persecución. En Francia está colonizando a gran velocidad zonas donde no se recordaba su presencia desde hacía más de un siglo. Las medidas conservacionistas, promovidas por los distintos gobiernos, no han sido vistas con agrado por los ganaderos que ven como el equilibrio de convivencia con estos animales hace peligrar su sustento. Y eso que se les ha intentado incentivar con ayudas, primas agroambientales e indemnizaciones en caso de ataques.

Según recientes trabajos de investigación, se calcula que más de 600 lobos están presentes en más de un tercio del territorio del país vecino. Cifra pareja, que también va en aumento, a la de las pérdidas de ganado. De 3.215 en 2009 a 12.451 diez años más tarde.

La película de Denis Imbert pasa de puntillas sobre esta problemática, dejándola solo en un nivel de contexto, para centrarse más en el duelo de un padre y una hija rotos por la muerte de la madre. En realidad, la historia se preocupa más por mostrar los síntomas y las fases del duelo infantil que por narrar un relato de carácter ecologista. La llegada del lobo a la familia, y la responsabilidad que supone su cuidado, hará que la protagonista desbloquee sus emociones y vuelva a relacionarse con su entorno familiar y escolar.

En su conjunto es una cinta amable, sin demasiadas pretensiones, a la que le falta profundizar en muchos de sus aspectos. Contiene una cuidada filmación realizada en el departamento de Cantal, en la región Auvergne-Rhône-Alpes. Se trata de una de las zonas geográficamente más aisladas y con menor densidad poblacional de todo el país. Todo ello dentro del Parque Natural Regional de los Volcanes de Auvernia, conocido por sus densos bosques de hayas y pinos sobre una extensión aproximada de 395.000 hectáreas.

La joven actriz Shanna Keil, quien interpreta a Vicky, desarrolló un fuerte vínculo con los animales que representaron a Mystére. Dicho nombre, que proporciona el título original al filme, sin duda resulta muy apropiado. En ocasiones, la naturaleza y el ser humano establecen vínculos sorprendentes que no dejan de ser un gran misterio de la vida.

En este enlace podréis encontrar el tráiler.

Francisco Javier Millán

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