El espectáculo natural de las Cataratas del Niágara

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Hoy, en nuestras recomendaciones viajeras de verano, saltamos el charco, para conocer una de las maravillas naturales más visitadas del mundo: Las Cataratas del Niágara. Este grupo de cascadas están situadas en el Río Niágara, en la zona noroeste de América del Norte, entre la frontera de Estados Unidos y Canadá, salvando el desnivel de 64 metros que existe entre los lagos Erie y Ontario. A su vez sirven como límite natural entre el estado de Nueva York y la provincia de Ontario.

Hay tres cataratas:
-La Catarata Canadiense, también conocida como la Catarata de la Herradura, la más espectacular de las tres.
-La Catarata Estadounidense.
-La Catarata Velo de la Novia, la más pequeña de todas.

Se hicieron populares inmediatamente, desde su descubrimiento por parte de los colonizadores europeos. Y no sólo son apreciadas por su evidente belleza, sino también como fuente de energía.
Su nombre procede de una palabra iroquesa que viene a significar “trueno de agua”, siendo los conquistadores franceses los primeros en verlas. Fueron éstos quienes entablaron contacto con las tribus de la zona.
La imagen que tenemos de ellas en la actualidad es producto de la erosión de los últimos 12.000 años, durante los cuales se han desplazado once kilómetros desde su ubicación original.

Las Cataratas del Niágara es una de las atracciones turísticas complementarias para aquellos que visitan la ciudad de Nueva York, aunque éstas se encuentran separadas de la capital por 640 kilómetros. Ir por carretera es armarse de paciencia, y más teniendo en cuenta que no se puede superar el límite de velocidad de 100 km/hora; pero merece la pena, ya que atraviesa parte de la cordillera de los Apalaches y se cruza por algunas zonas pobladas por los amish.
Los que no quieran ir por carretera, también tienen la opción del avión, siendo Búfalo, a 40 kilómetros de las mismas, nuestro aeropuerto de referencia. Y el que entre por Canadá lo puede hacer a través de ciudades como Toronto o Rochester. Desde todos estos lugares hay innumerables opciones de transporte público o coche de alquiler.

La Catarata de la Herradura y su característico velo en el lado canadiense.
La Catarata de la Herradura y su característico velo en el lado canadiense.

Este enclave se ha convertido en un destino ideal para pasar la Luna de miel. Las parejas norteamericanas lo han elegido como uno de los lugares habituales para viajar tras contraer matrimonio. Parte de la culpa de ello la tiene Marilyn Monroe y la película “Niágara”. Este film fue dirigido en 1953 por Henry Hathaway, el mismo realizador de clásicos como “El Fabuloso Mundo del Circo” o “La Conquista del Oeste”. La actriz estaba en esos momentos en la cresta de la ola, dotando a las cataratas de un halo mítico como solo el cine sabe hacer.
En “Niágara” vemos los cruceros “The Maid of the Mist” (“La Doncella de la Niebla”), los barcos que remontan el río hasta casi prácticamente el fondo de la Catarata de la Herradura. Un espectáculo inolvidable para todos aquellos que lo hayan experimentado, con el agua y el ruido envolviéndote.

Marilyn Monroe y su imagen mítica en la película "Niágara"
Marilyn Monroe y su imagen mítica en la película “Niágara”

Años más tarde, en 1980, llegaría “Superman II”, dirigida por Richard Lester. En esta historia, Lois y Clark están haciendo un trabajo en Niagara Falls, mientras ella empieza a sospechar que su compañero tiene una doble identidad. Las cataratas son mostradas peligrosamente en el momento en el que un niño, al caer de la barandilla, tiene que ser rescatado casi en el último momento por el hijo de Krypton. La película se beneficia de una de las mejores interpretaciones del añorado Christopher Reeve.

Christopher Reeve y Margot Kidder al borde de la catarata de la Herradura durante el rodaje de "Superman II"
Christopher Reeve y Margot Kidder al borde de la catarata de la Herradura durante el rodaje de “Superman II”

Esta exitosa secuela tuvo como localización principal las Cataratas del Niágara.
Esta exitosa secuela tuvo como localización principal las Cataratas del Niágara.

Estas caídas de agua también han servido como medio de espectáculo para temerarios. En 1829, Sam Patch fue la primera persona, que se conozca, en saltar desde el lado canadiense y sobrevivir. Lo mismo hizo Annie Taylor en 1901, con 63 años de edad, y en el interior de un barril de roble acolchado y reforzado de acero.
Desde entonces 14 personas han intentado esta mortal hazaña, con el agravante de que aquellos, que han sobrevivido a la caída, tienen que afrontar cargos en su contra. Este tipo de actos son ilegales y están penados con fuertes multas.
El ilusionista David Copperfield haría lo propio en 1990, pero claro, utilizando un poco de magia y las medidas de seguridad pertinentes.

David Copperfield fue uno de los últimos en desafiar la fuerza del agua en el río Niágara.
David Copperfield fue uno de los últimos en desafiar la fuerza del agua en el río Niágara.

Francisco Javier Millán

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One Comment

  • SI , que se ve hermoso. Imagino que es un recuerdo para toda la vida. Saludos

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