La semana pasada en nuestro artículo sobre cómo hacer la maleta y no olvidar nada, os prometíamos un artículo sobre el jet lag, una alteración de los ritmos biológicos de nuestro cuerpo que se da cuando al viajar largas distancias cambiamos el huso horiario, ya sea de este a oeste o viceversa. Este desfase horario, lo sufrimos en mayor o menor medida todos, niños o adultos. Sin embargo, nosotros como es lógico, somos más conscientes y podemos intentar controlarlo, pero ¿qué sucede en el caso de los niños? Los niños lo sufren de igual forma que los adultos, pero si seguimos algunos consejos muy sencillos podemos eliminar sus síntomas en poco tiempo.
Consejos para mejorar el jet lag en los niños
En primer lugar, debemos saber que el reloj biológico que regula nuestro estado de vigilia o sueño no entiende de zonas horarias, sin embargo, la lógica nos dice que el jet lag cuando viajamos hacia el este es más leve. Los síntomas del jet lag pueden ir desde el insomnio, el sueño durante el día (el más común), hasta la confusión, la irritabilidad o el cansancio generalizado. Aunque nuestro cuerpo se irá adaptándose poco a poco es importante seguir estos consejos:
- Una buena hidratación. Aunque nos pueda parecer algo que no tiene nada que ver, la hidratación antes, durante y después de un vuelo, es fundamental para aliviar el jet lag, que además de estropearnos el sueño, afecta a la hidratación de nuestro organismo.
- Adaptación de horarios. Un truco para que nuestros peques no se pasen el día durmiendo y la noche despiertos mientras estamos de vacaciones es ir adaptando su horario en la medida de lo posible. Así, si viajamos por ejemplo a Nueva York, podemos ir madrugando cada vez más, así el cambio al llegar allí no será tan brusco.
- Cambio de hora al reloj. En el momento que nos subimos al avión es recomendable cambiar la hora al reloj y poner la de nuestro destino. En la medida de lo posible intentaremos mantener a nuestros niños despiertos o dormidos dependiendo de la hora que sea al aterrizar.
- Exposición a la luz. Nuestro cuerpo es muy listo y sabe interpretar los signos de nuestro entorno, por lo que mantener a nuestros pequeños bajo luz natural mientras sea de día, les ayudará a acostumbrarse al horario de vuestro destino de vacaciones.
- Rutinas. Aunque estemos fuera de casa, a la hora de dormir deberemos intentar mantener las mismas rutinas que mantenemos a diario así al chiquitín le será más fácil.
- Respeto por el sueño. Todos estos consejos deben tomarse como una ayuda, debemos comprender que los niños no son robots, y que es normal que quieran dormir, ellos no tienen la misma disciplina que nosotros.
Finalmente, si vuestros niños no son demasiado pequeños, también es aconsejable, explicarles qué es el jet lag, y que les sucede. El jet lag es parte de la vida del viajero y algo con lo que los peques también deben estar familiarizados. ¿Habéis viajado alguna vez con niños pequeños y habéis sufrido jet lag? ¿Tenéis algún truco que os funcione? En Familias Activas estaremos encantados de escucharlos.