“Clouds”, la conmovedora historia de Zach Sobiech

Ayer conocí la historia de Zachary David Sobiech. No tenía ni idea de su existencia y menos aún del impacto en medios que generó su canción “Clouds”. Cuando tan solo contaba con 13 años, Sobiech fue diagnosticado con osteosarcoma, un cáncer óseo que aparece generalmente en la metáfisis de un hueso largo. Durante el tratamiento, al que fue sometido, tuvo que pasar por diez cirugías y veinte rondas de quimioterapia. A pesar de todos los esfuerzos, en mayo de 2012, los doctores que lo trataban no le daban más de un año de vida. En respuesta a esta situación terminal, Sobiech grabó la canción “Clouds”, posteriormente lanzada en YouTube, convirtiéndose en un vídeo viral que llegó a sobrepasar las tres millones de visitas hasta su muerte. El joven fallecería el 20 de mayo del 2013 a la edad de 18 años. La lucha de su hijo no quedó ahí, la familia Sobiech inició la Fundación de Osteosarcoma Zach Sobiech con el fin de encontrar financiación para la investigación del cáncer infantil.

Fue la película “Clouds”, disponible en la plataforma Disney +, la que me hizo conocer la conmovedora experiencia de Zach Sobiech. Reconozco que hacía meses que la tenía pendiente, pero por una cosa o por otra la iba postergando. El estreno de este filme se vio afectado por la crisis sanitaria, y al final se tomó la determinación de distribuirse a través de esta conocida plataforma de streaming. Se encuentra disponible en ella desde octubre del año pasado.

“Clouds” está dirigida por Justin Baldoni, un cineasta que ya me conmovió, hasta lo que no está escrito, con su opera prima “A dos metros de ti”. De ella ya os hablamos en el artículo que encontraréis en el siguiente enlace. Ambas películas comparten motivaciones similares bajo el prisma del drama juvenil.

Baldoni, ya con solo dos películas, ha demostrado una pericia inequívoca a la hora de remover los sentimientos más profundos. Tengo la sensación de que con la historia de Zach Sobiech ha subido un nuevo nivel. Era muy fácil caer en los manierismos habituales de esta clase de propuestas, pero, contra todo pronóstico, las casi dos horas de metraje son un alarde de oficio cinematográfico de primer orden. Sus destellos los podemos encontrar repartidos en muchas escenas, en especial en su dramático desenlace. El montaje audiovisual en su totalidad trabajando para ofrecerte una experiencia vital con un mensaje que no deberíamos olvidar. Y, como conclusión, un curioso epílogo, que al parecer ocurrió realmente, en el que se da cabida a la esperanza. A la vida después de la vida.

Imprescindible y magníficamente interpretada. El elenco juvenil atrapa con su naturalidad, y el más veterano, especialmente los padres, hará recordar a los espectadores de mediana edad nostálgicas cintas de la década de los 90. Una de las películas más bellas que he visto en mucho tiempo.

Podéis encontrar el tráiler pinchando en el siguiente enlace.

 

 

Francisco Javier Millán

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