Hay ciudades de España que nunca dejan de sorprenderte, que siempre encuentras una excusa para volver a visitarlas cada cierto tiempo y que todas la veces que caminas por sus calles descubres algo nuevo. Hablo de Ávila, Patrimono de la Humanidad, un rincón de la geografía española que mezcla arte, cultura y gastronomía para atrapar al visitante.
Qué ver en Ávila con niños
Qué sería de Ávila sin sus murullas. ¡Son el elemento mas característico de la ciudad! Por suerte, desde hace algunos años no solo se pueden ver desde fuera, sino que está la opción de subirse y hacer un recorrido por ellas, lo que nos dará una visita panorámica de la ciudad maravillosa. Por experiencia propia, te puedo asegurar que los pequeños se sienten especiales desde allí arriba y, aunque todo está muy cuidado, debéis tomar ciertas medidas precuación para evitar caídas o tropezones indeseados.
La catedral, primera gótica de España, es otro de los puntos de obligada visita, como también recorrer las calles que separan el ‘chico’ del ‘grande’, donde antiguamente y todavía aún se realizan los mercadillos, y entrar en la iglesia de La Santa de Ávila, levantada en los terrenos donde se encontraba la casa natal de Santa Teresa de Jesús, un templo muy sencillo y con un pequeño huertecillo.
Los cuatro postes, en la zona norte de la ciudad, merece una parada en nuestro recorrido y una foto con las murallas de fondo que inmortalizará vuestro viaje. Se encuentra pasado el río Adaja y cuenta la leyenda que fue el lugar donde Santa Teresa, patrona de la ciudad, se sacudió la zapatilla y dijo “que nunca más volvería a pisar esta tierra”; y lo hizo justo antes de intentar escapar de lo que había sido su casa junto con su hermano Rodrigo y evitar, así, ser capturada por los moros.
Aunque Ávila es una ciudad en la que todo está relativamente cerca y no hay calles con empinadas cuestas, podéis aprovechar para coger el trenecito turístico y así cansaros menos e ir más relajados.
Y, aunque poco tiene que ver con el objetivo del viaje, hacer turismo, hay un lugar que si lleváis la bici de los pequeños con vosotros en el coche les encantará. A la entrada de la ciudad, por la carretera de la Coruña procedente de Madrid, hay un circuito vial donde los niños pueden circulan con sus bicis y patines y aprender las reglas y normas de seguridad vial. Seguro que luego de viaje de vuelta, ¡se convierten en los mejores copilotos!
Antes de terminar la visita turística y, para reponer fuerzas, desgustad sus ricas tapas de productos típicos de la tierra (migas, torreznos, oreja), sus chuletones y, como postre final, te recomiendo que pidas una yemas de Santa Teresa (La Flor de Castilla), el dulce típico de este lugar de Castilla León.
Los alrededores de Ávila
La provincia de Ávila ofrece un montón de opciones más por todo su territorio. ¡Te faltarán días para recorrerla! ¡Te lo puedo asegurar!
1. Un primer ejemplo es el Castro de la mesa de Miranda, en Chamartín, a escasos 20 kilómetros. Se trata de uno de los cementerios más grandes y mejor conocidos de la Segunda Edad del Hierro en la Península Ibérica.
2. Coged el coche dirección a Arévalo, lugar donde vivió Isabel La Católica de pequeña, para visitar, entre sus otros monumentos, su castillo (siglos XIV- XV) con su Torre del Homenaje circular mudéjar.
3. Acercarse hasta las gargantas de la zona de arenas de San Pedro-Candeleda. Eso sí, asegúrate de que hará mucho, mucho, mucho calor.