Llega el verano y muchos padres valoramos la opción de los campamentos de verano para nuestros hijos. Existen varias posibilidades, pero por lo general se dividen en dos categorías: los urbanos, aquellos en los que los niños pasan el día en el centro pero acuden a dormir a casa, y los que pernoctan en las instalaciones. Los que eligen la segunda alternativa le dan más vueltas a todo: cómo será la comida, cómo se integrará el niño con los monitores, cómo estará el pequeño tanto tiempo fuera de casa… Y, algo que veo cada vez más en algunos amigos padres, ¡la noche! Ese momento al que todavía muchos niños tienen miedo porque, como le pasa al mejor amigo de mi hija, aún duerme con pañal y le da vergüenza que el resto de sus compañeros se enteren.
Buscando información sobre este tema en concreto y preguntando a más padres, he descubierto que esta circunstancia es más común de lo que pensamos, que muchos pequeños con 6 años aún mojan la cama de vez en cuando y que no reviste un problema serio hasta que no cumplen los 7.
En mi investigación me he topado con un libro que puede ser de gran ayuda para las familias a las que tengan que enfrentarse a esta situación. Hablo de Amarillo y redondo, un título de la editorial Flamboyant, escrito por Muriel Villanueva (Tania y el telescopio o Tania y las tortugas) y con ilustraciones de Ferrán Orta. Un libro, como dice su autora, “para todos los que, como yo, arrastran una mancha, sea del color que sea”.
Amarillo y redondo, ¿y si todo el mundo guardase un secreto?
Amarillo y redondo se centra en cómo el miedo de su protagonista a que sus compañeros de campamento descubran su secreto -una mancha amarilla y redonda que le visita todas las noches- le paraliza tanto que se plantea dejar de hacer cosas tan divertidas y atractivas para su edad como asistir a un campamento de verano. No le quedará más remedio que ir, aunque él mismo se aísle: no habla con nadie, no comparte mesa en el desayuno o la comida e, incluso, no quiere ni dormir, para evitar así que esa mancha amarilla y redonda se instale en su cama.
Pero ocurre lo que él ya se había imaginado, que termina cerrando los ojos y a la mañana siguiente… ¡horror: ahí está esa odiosa mancha fea! El monitor le “obliga” a tender las sábanas y a enfrentarse a lo que había intentado disimular hasta ahora: hacer público su secreto, pero algo sucederá en el patio que le hará despertar una sonrisa en su cara por primera vez y descubrir que nadie es perfecto y que todo el mundo guarda un molesto secreto en su interior. ¿Cuál es el tuyo? ¿Te atreves a contárnoslo?