Hoy toca darle a ‘la sin hueso’ en familia. ‘El libro de los trabalenguas’ nos propone pasar un rato divertido superando no pocos retos lingüísticos. La editorial Beascoa nos presenta con esta propuesta una forma entretenida para mejorar el habla de los pequeños de la casa a través del juego. Empezaremos recitándolos despacio, para después acelerar el ritmo y superar los retos que cada página nos muestra. La risa está garantizada ante los tropiezos que nuestra lengua cometerá. Comienza el lío y el enredo. ¿Quién será el primero en trabarse?
Esther Villardón, autora de la serie ‘Las chicas de la banda’ de Alfaguara, y Paula Blumen, titulada en Historia del Arte y con una larga trayectoria en ilustración de libros infantiles, son las responsables de este libro que nos llevará a descubrir pegadizos trabalenguas que rápido hay que decir. ¿Cuál te atreves a repetir? ‘El coco que no come poco’, ‘Los fantasmas fantasiosos’ o ‘La cucaracha que ni chachachá baila’. ‘Anacleto, el esqueleto’ y ‘La gárgola y sus gárgaras’ han sido nuestros favoritos en casa.
Este libro es una herramienta más para trabajar con nuestros hijos la rapidez y la precisión en el habla. Ellos se divierten en el proceso, nosotros nos lo pasamos pipa y juntos mejoramos nuestra capacidad de atención y memoria. Y es que, hay que darle agilidad a la pronunciación, aprender vocabulario y dicción para no tener generaciones de niños que apenas saben expresarse.
Los trabalenguas, junto a las poesías y las adivinanzas, son un recurso tradicional que nos lleva a la repetición, lo que beneficia el desarrollo de la constancia y nos enseña a reírnos de nosotros mismos. Profesores y logopedas lo tienen claro, estos populares juegos de palabras son más que un pasatiempo y entretenimiento, son un camino para el correcto aprendizaje para niños a partir de cuatro años. Y es que, estos laberintos de palabras no dan más que beneficios en la educación de nuestros pequeños gracias al uso de frases ordenadas de forma creativa y, mientras, ayudamos a fomentar la autoestima de la familia.
Así nos recibe el libro:
¡Bienvenidos al castillo
de la calle Blumen, veintidós,
Villadoom para los amigos!
Monstruos y animalillos
te acecharán en corrillo.
No temas, son tranquilos,
solo quieren jugar contigo.
Rimas y trabalenguas
te van a enseñar.
¿Te trabarás?
No te trabes; si te trabas,
tu lengua tropezará,
y trabarse es una traba.
Buena suerte y ¡a rimar!
Las autoras se despiden en el libro con la promesa de un ‘continuará…’ no sin antes expresarnos su deseo y darnos su consejo: “Espero que hayas disfrutado de estos trabalenguas todo el rato. Si tu lengua se ha cansado, tengo la solución: ¡quédate en silencio un rato!”. Mi familia ya estamos esperando la publicación de ese segundo libro prometido. ¡Crucemos los dedos para que sea pronto!