‘Mamá, ¿qué dibujos veíais tú en youtube cuando eras pequeña?’. Esta es una de las preguntas más habituales que me hace mi hija mayor cuando quiere que le cuente algo de mi niñez. Claro, han pasado muchos años y tengo que explicarla, primero, que en mi época no había youtube, ni tabletas y que en la televisión, el único medio de comunicación audivisual, solo existían dos canales.
Ella no sale de su asombro y le parece que me lo invento todo, pero cuando intento seguir la conversación y hablarle de las tiras que me dejaban enganchada a mí y a mis hermanos a la caja tonta cada semana, abre aún más sus marrones negros al escuchar que los personajes principales no tenían móviles ni escuchan lo último de Justin Bieber y Ed Sheeran.
Por suerte, gracias al trabajo de compañías como La Bicicleta (Teatro San Pol de Madrid), hoy los padres podemos hacer un viaje en el tiempo para recordar entrables historias como la de Heidi y, sobre todo, poder mostrar a nuestros hijos aquello que nos emocionaba y nos hacía reír a partes iguales.
Una versión moderna pero fiel de Heidi
Los niños son los mejores críticos teatrales o de cine y, en el caso de mis hijas, hay algo que muestra si les ha llegado un montaje o película. A la salida del mismo me piden comprar el libro original. Y es que salen con la sensación de querer más, de llevarse a los personajes a su casa para poder ‘recurrir’ a ellos todas las veces que quieran. Y eso fue lo que ocurrió cuando las cortinas del Teatro San Pol se cerraron tras casi dos horas de risas, músicas y, hay que decir, alguna lágrima por parte de una servidora (la relación entre Heidi y su abuelo siempre me ablanda mi corazón).
Si hay algo que me gustó de ‘Heidi, el musical’ es que esta versión permanece muy fiel a la original. Por un lado, se recrean perfectamente los distintos escenarios por los que pasa esta entrañable niña: la casa del abuelo, las montañas de los Alpes, el lugar donde habita su amiga Clara, la ciudad donde se va a vivir una temporada Heidi y que pone patas desde el primer momento que llega… Además, ¡todo parece tan real (si es que el teatro es magia pura)!
También me sorprendió gratamente que no faltaba ninguno de los personajes: la ‘malvada’ tía Dete, la histriónica señorita Rottenmeier, la amorosa abuela Elisa, el inseperable amigo Pedro, el párroco, el abuelo gruñón, el elegante y educado papá de Clara…
La obra está estructura en dos actos. El primero es muy más introductorio y permite poner en situación y en contexto a niños y mayores; en cambio, la segunda parte es una sucesión de momentos divertidos que terminan de la mejor manera posible y con un mensaje que todos deberíamos grabar en nuestra mente: ¡Todo se puede conseguir!
Heidi volverá al teatro San Pol de Madrid del 23 de noviembre al 4 de enero, así que te aconsejo que vayas reservando ya tu entrada porque se puede convertir en el plan perfecto para dar el pistolezo de salida a las fiestas navideñas.