Viajar es sin duda una gran experiencia de aprendizaje tanto para niños como para adultos. Y es que, todos llevamos un explorador dentro al que le encanta curiosear y descubrir y de esto los pequeños de la casa saben mucho. Por ello, con las mochilas preparas y las maletas hechas solo nos queda por decidir muestro destino. Tachán tachán… Hacia Cuenca nos dirigimos.
Cada ciudad tiene sus monumentos básicos e imprescindibles para entenderla y sus rincones mágicos para disfrutarla. Cuenca ha sido promocionada por su Oficina de Turismo como Ciudad Eterna, cual Roma Imperial. Por algo será. Pero cuando uno viaja en familia debe atender a las necesidades de los pequeños.
Qué ver en Cuenca con niños
La Catedral de Santa María y San Julián de Cuenca no se olvida de ellos. Por esto, gracias a las audioguías infantiles que facilitan, los niños aprenden su historia y su arte de una forma acorde a sus edades. Nada de hacer una lista de nombres y fechas que nadie recuerda ni de utilizar excesivos tecnicismos de arquitectura. Aquí escucharemos una historia de amor entre reyes, Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra. Está última llenó la corte de normandos y como el joven Rey de Castilla estaba muy enamorado quiso levantar la catedral al gusto de su joven desposada. Por ello, es la única catedral en España gótica con reminiscencias normandas. Todo un relato de intrigas palaciegas y batallas. Pero aún hay más. Los pequeños deberían encontrar animales exóticos en su decoración escultórica. Sí, sí, animales. Y es que, su construcción coincidió con el Descubrimiento de América, por ello, por sus paredes desfilan animales propios de esas tierras como el pez globo o la tortuga. ¿Quién ha sido el primero en ver el armadillo?
Imprescindible es también acercarse al puente de San Pablo para disfrutar las vistas de las celebres Casas Colgantes. Preparad la cámara de fotos. A los peques les encantará cruzar el puente, que sobrevuela la Hoz del Huécar, porque aunque todas las medidas de seguridad están presentes da un poco de yuyu y uno tiene la sensación de estar dentro de una auténtica aventura. Las Casas Colgantes acogen el Museo Abstracto de Arte Español, Fundación Juan March. Es el momento de interpretar pinturas y que cada pequeño decida que ve o entiende en cada obra.
¿Habéis estados alguna vez en algún museo donde haya carteles que digan ‘Prohibido No Tocar’? El Museo de Ciencias de la ciudad invita a experimentar e interactuar con toda aquella pieza que nos encontremos. El centro está especializado en astrología y cuenta con un pequeño planetario con variadas proyecciones. ¡Cómo nos gusta mirar las estrellas! Además es interactivo, así que a tocarlo todo.
La Ciudad Encantada de Cuenca
Pero si hay una excursión que no debe faltar esa es visitar la Ciudad Encantada. El nombre ya lo sugiere todo. Esta cita es un clásico para los más pequeños. Se trata de un paisaje natural con curiosas formaciones rocosas debido a la erosión de los años. Poco más de dos kilómetros de ruta para descubrir rocas con formas de animales y objetos. Aquí empieza el debate familiar. Unos ven un elefante, otros una dromedario. Aquí hay una seta y a la vuelta de la esquina unos amantes entrelazados. Algunas son difíciles, pero los niños, que imaginación tienen de sobra, rápidamente encontrarán alguna representación clara sin que nosotros lleguemos a distinguirla.
Y si el calor os acompaña en vuestra escapada podéis acercaros a la conocida playa de Cuenca. ¿Quién dice que en el interior no hay playa? Cerquita de la capital, en el pueblo de Cañamares, se puede disfrutar de un refrescante baño en el río Escabas (y es que el agua está siempre bien fría). Apta para toda la familia, esta playa artificial se sumerge en un paisaje realmente increíble.
Como leéis, Cuenca es una ciudad con una amplia oferta de ocio y cultura para toda la familia. ¿Os atrevéis a descubrir la Ciudad Eterna de España?
One Comment
Bello lugar. Posiblemente mi próximo destino, me habéis convencido.