Si eres un fan de las buenas historias y del teatro, no te puedes perder el espectáculo itinerante de La Bombonera de Don Cándido por el precioso teatro Lara de Madrid, una visita guiada por este mítico lugar que no deja indiferente a nadie. En Familias Activas lo hemos vivido en primera persona y lo recomendamos de principio a fin. ¿Quieres saber qué te encontrarás?
De paseo por el teatro Lara de Madrid
¿Sabías que el teatro Lara lleva abierto desde 1880? Sí, el mismo año del turrón… ¿o que autores como Jacinto Benavente dieron sus mejores pasos en este teatro? O, mejor aún, ¿qué pensaríamos si te dijésemos que hay un fantasma por sus pasillos rondando cada día?
Pues si no te lo crees, date un paseo por las entrañas de los rincones del teatro Lara de manos de Enriqueta (Patricia Estremera) y de D. Alfonso (Gonzalo Mediguchía), la cigarrera más descarada y el maestro de la claque del teatro.
Estos personajes, creados por Los absurdos Teatro (representan también en el Teatro Lara los jueves a las 20.15 horas el espectáculo A protestar a la Gran Vía), nos abrieron, una mañana de domingo, las puertas que dan a la calle de la Corredera Baja de San Pablo, para contar la historia del Lara, el caleidoscópico retrato de un teatro que soñó aquel carnicero de Antón Martín que respondía al nombre de Cándido.
Comenzamos nuestro recorrido por la zona noble con su palco y su saloncillo; allí, tras tomar asiento en las antiguas butacas de cuero y madera, don Jacinto Benavente, con una sutil ironía, contó sus aventuras y desventuras en el Teatro Lara, todas las anécdotas relacionadas con el más importante de todos sus estrenos, el de ‘Los intereses creados’, y su relación con los miembros de la compañía, quienes se referían cariñosamente a él como “El Padrecito”, por los éxitos que reportaban todas sus obras.
De las anécdotas de don Jacinto, a las historias contadas por D. Alfonso y Enriqueta en los camerinos del teatro, donde se pueden leer en las puertas de los mismos los nombres de las primeras damas de la antigua compañía del Lara: su gran musa, Balbina Valverde, o las actrices Rosario Pino y Lola Membrives, de la cual recibe el nombre una de las actuales salas de este teatro, que cuenta con un furtivo pasadizo que hoy conduce a… ¡Secreto!
Y de ahí salimos para deambular por un entretejido de madera, a manera de parrilla, llamado también el peine en el fondo de teatro. Con la espalda encorvada y mirando bien por donde pisábamos vimos, como si fuese esa noche la del estreno el día 3 de septiembre de 1880, cilindros, poleas, cuerdas y otros instrumentos diversos destinados a maniobrar los decorados.
Esta parte fue, para mí, lo más mágico de esta visita, ¡estábamos en las tripas del Lara! Y al final de ese laberinto, salimos al escenario, donde todo sigue brillando como si no hubieran pasada ya ciento treinta y nueve años. El patio de butacas a nuestros pies, ¡una maravilla!
Finalizamos la visita sentados en ese brillante patio de butacas de la Sala Cándido Lara, en cuyas butacas están inscritos los nombres de personas anónimas y conocidos amantes del teatro.
Antes de poner de nuevo un pie en la realidad y, como no podía ser de otra manera, nos despedimos con un aplauso de esos que la claque del teatro daba en los grandes estrenos representados en el Lara para los grandes protagonistas de este día, D. Alfonso y Enriqueta.