Este domingo hemos estado en Terrassa (Barcelona), en el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya, hemos podido disfrutar de la visita teatralizada que hacen los domingos por la mañana “Un matí a la fàbrica”. Unos actores muy simpáticos nos acompañaron y enseñaron cómo era la vida en una fábrica textil en el siglo XVIII y XIX. Además de la visita, el hecho de pasear por este edificio es en sí una actividad muy agradable. Os explico lo bien que nos lo pasamos y cómo podéis acceder a esta actividad por 1€.
El edificio, que alberga el museo, conocido como el Vapor Vapor Aymerich, Amat i Jover, es la mejor obra arquitectónica industrial modernista del país. Yo que he visitado algunas fábricas, os puedo asegurar que no tiene precio trabajar todo el día con luz natural. Fue diseñada por el arquitecto Lluís Muncunill i Parellada (Sant Vicenç de Fals, 1868 – Terrassa, 1931). El Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya tiene una superficie total de 22.200 m2, de los cuales 11.000 m2 corresponden a la antigua nave de producción. En esta sección es donde están las exposiciones permanentes de las que luego os hablaré. Los techos de la fábrica son una pasada, son 161 “vueltas catalanas” o bóvedas en forma de campana y todas se sustentan sobre 300 columnas de hierro colado, que servían como bajantes de agua y como soporte a los embarrados, que eran los mecanismos que transmitían la fuerza a las máquinas de vapor de la fábrica.
La visita comienza en los despachos del Sr. Ramon, donde como propietario de la fábrica, nos explicó cómo era su despacho, cómo atendía a los trabajadores en su primer día en la fábrica, las estrictas condiciones de trabajo, los horarios interminables, la distribución de los sueldos: las mujeres por el mismo trabajo que los hombres cobraban la mitad, los niños la mitad de las mujeres y las niñas un poco menos que los niños…¡Viva la igualdad! 🙁
Luego nos explicaron todo el proceso industrial de transformación de la lana, desde su entrada en mechones hasta su salida en tejidos acabados.
Las explicaciones son muy amenas. Quizás con algún detalle de más, sobre los accidentes que ocurrían en la fábrica, que a los niños les dejó algo preocupados, pero enseguida se les olvidó. En cuanto pudieron ver alguna máquina funcionando les pareció todo muy interesante.
La verdad es que lo querían tocar todo y los personajes que iban apareciendo interactuaban con ellos y con los adultos, haciendo preguntas, bromas. Convirtiendo esta actividad familiar en un rato relajado, diferente y agradable.
También nos explicaron cómo se sofisticaron las telas gracias a la invención de unas plantillas en papel con agujeros, que la máquina entendía y replicaba en los telares. Lo he buscado y he aprendido que fue Joseph Jacquard quien ingenió este sistema. El telar leía la información que contenían las tarjetas. De esta forma , se podían obtener varios diseños , cambiando solamente las tarjetas. Y con este sistema se pusieron también las bases de unas nuevas máquinas: los ordenadores.
Una vez acabada la visita teatralizada nos pudimos pasear por el museo. Los niños disfrutaron mucho probando aparatejos, yendo de un sitio a otro libremente y haciendo pequeños descubrimientos. Hay exposiciones diferentes según la sección, desde una zona dedicada a la Energía, otra al papel de la mujer en el mundo laboral, una a las motos y los transportes y muchas otras que no alcanzamos a ver. También hay unos carritos para llevar hasta 2 niños que son una monada y con los que la visita al Museo se hace todavía más simpática.
Os recomiendo esta visita para una mañana de domingo, la actividad vale 1€ y la entrada al museo para los niños menores de 8 años es una actividad gratuita, para familias numerosas 2€/adulto, para menores de 25 años o mayores de 65 años 3.50€. La entrada normal es de 4.50€. Es una actividad sencilla sin pretensiones pero muy interesante.
