Inicio una serie de artículos dedicados a destinos familiares para estas vacaciones de verano. Para mí este recorrido supone volver a revivir más de veinte años como viajero por el mundo; y si el año pasado la serie estuvo centrada en las localizaciones cinematográficas más famosas, en esta ocasión he preferido apelar a mis vivencias con el fin de compartirlas con todos vosotros. Espero que mis recomendaciones os sirvan para preparar vuestras futuras escapadas. Nuestro primer destino será Praga y en concreto su nostálgico Museo del Juguete.
Empiezo por la capital de la República Checa por ser para mí el primer gran viaje al extranjero, y la primera vez en la cogí un vuelo. Corría el año 1996 y un grupo de amigos de la universidad organizamos esta escapada sin tener demasiada experiencia en esto de los viajes. En aquellos años 90 y con un acceso a internet muy limitado, tuvimos que buscarnos la vida a través de una clásica agencia de viajes.
Praga me fascinó desde que puse el pie en ella, una ciudad con aroma a la vieja Europa, que en aquella década empezaba a despuntar como destino turístico tras la separación del país en dos (República Checa y República Eslovaca). Sin lugar a dudas las palabras de Guillaume Apollinaire son las que mejor han descrito este bellísimo enclave. El poeta francés la describió como “un barco dorado que navega majestuosamente por el Vtlava”.
La ciudad tiene innumerables atractivos, los suficientes para estar en ella durante una semana y visitarla contemplando sus atractivas edificaciones.
De todas las excursiones y visitas recuerdo con gran cariño la del Museo del Juguete, considerado uno de los más grandes del mundo. En la actualidad está dividido en 7 salas diferentes que abarcan más de 60 vitrinas. En ellas se exhiben innumerables juguetes llegados de todo el mundo y de diferentes épocas.
La colección comenzó con el aporte privado del dibujante y director de cine Ivan Steiger. Su fondo suma alrededor de 150 años de historia: juguetes de madera y hojalata, casas de muñecas, maquetas de casas victorianas, muñecos de animales que forman bosques y zoológicos, ositos de peluche, vehículos y muchas cosas más. Destaca por su valiosísima colección de juguetes musicales de cuerda, y la exposición permanente de Barbie que hará las delicias de los seguidores de estas muñecas.
El Museo del Juguete está ubicado dentro del complejo del Castillo de Praga, en concreto entre el Callejón del Oro y la calle Jirska. Abre todos los días de 9:30 a 17:30 y los menores de 15 años entran gratis.
Aquí en este enlace podréis entrar en la web del Museo del Juguete y encontrar más información sobre sus fondos. El contenido de la misma se puede consultar en varios idiomas (checo, inglés, alemán y polaco).
Si os ha gustado esta propuesta, os invito a que pinchéis en el siguiente enlace. Darle a la música, cerrar los ojos y lograréis transportaros a los profundos bosques de Bohemia y al discurrir calmo del magnífico río Vltava. No es casualidad que en la mesa desde la que os escribo, tenga una foto neblinosa que compré hace 21 años en un puesto ambulante. Mirarla me trae hermosos recuerdos llenos de la ilusión propia de la juventud.
