Hace un par de años viajamos a Paris con los niños, os lo contamos aquí en este blog de viajes. Decidimos ir en avión lo cual siempre da cierta pereza. Una amiga me habló de la posibilidad de ir en tren con Renfe-SNCF ¿Sabíais que existía esta opción? Hay una conexión directa de alta velocidad que une Barcelona-París en 6 horas y 19 minutos. Mi hermana y yo decidimos regalarles los billetes a mis padres e ir con ellos. Sería un viaje de hijas y padres. No sabéis lo emocionados que estaban. Fuimos la semana pasada cuatro días. El viaje en tren es comodísimo. Entre las ventajas os diré que, además del precio de partida de 29 euros por trayecto, podéis acceder al tren hasta 2 minutos antes de la salida. No hay límite de equipaje (de hecho el precio all inclusive incluye hasta 3 maletas y hay suficiente espacio para ellas), los asientos son confortables y amplios, lo que permiten plazas individuales o dobles. Podéis pasear entre los coches para estirar las piernas y llegar hasta el coche restaurante. Hay incluso plazas con mesas para trabajar cómodamente. Y desde enero de 2019 hay Wifi gratuito. También en Barcelona podéis acceder a la sala Club si lleváis billetes de primera clase.
Mis padres quedaron encantados con la experiencia. El tren llega directo a la Gare de Lyon sin retrasos y sin agobios. Hay otras líneas de Renfe y SNCF que unen España con Francia. En total 21 destinos que trasladan al pasajero de centro a centro de las ciudades de Madrid, Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Girona y Figueres en España a Perpiñán, Narbona, Béziers, Agde, Sète, Carcasona, Toulouse, Montpellier, Nimes, Aviñón, Aix en Provence, Marsella, Valence, Lyon y París. Para mi la experiencia no era nueva, ya había estado en Montpellier con Renfe-SNCF y os lo conté en este reportaje de viajes.
Después de esta buena experiencia quiero compartiros los lugares que visitamos en París y que no debéis perderos si vais en tren en familia 4 días como nosotros. Pensad que cogimos el tren desde Barcelona a las 9:25 horas de la mañana y llegamos al centro de París a las 15:35, así que tuvimos toda la primera tarde libre y esto fue lo que hicimos.
Torre Eiffel desde Trocadero
La Torre Eiffel fue creada para la Exposición Universal de París del año 1889 y aunque en un principio no gustó a los parisinos, a lo largo de los años se ha convertido en el icono de la ciudad. Sus 1.665 escalones hacen recomendable la subida en ascensor, y ofrece unas vistas increíbles de la ciudad desde arriba. Podéis subir a las 2ª o 3ª planta. Os confieso que he estado en Paris más de una decena de veces y solo he subido una vez a la Torre Eiffel. Claro que me gustó pero tuve que hacer una cola increíble, así que tendréis que valorar si os apetece o no. En París hay muchos edificios que ofrecen vistas singulares. Las mejores vistas que puedes tener de la Torre Eiffel son desde la plaza Trocadero, aunque también tendréis una muy buena perspectiva desde el Parque del Campo de Marte o desde la Rue de l´Université, desde donde la podréis contemplar entre los edificios. El ascensor hasta la 3ª planta cuesta 25,5 euros, podéis comprar los tickets en su propia web.
Paseo en barco por el Sena
Lo que sí os recomiendo tras la visita a la Torre Eiffel es un paseo por el Sena al atardecer. Está bien que lo hagáis el primer día para que os situéis en la ciudad y podáis ver desde la orilla sus principales monumentos: los Inválidos, el Parlamento, el Museo de Orsay, la Catedral de Notre Dame (lo que queda de ella tras el gran incendio), el Museo del Louvre, el Gran Palais, etc. Tanto de día como de noche, recorrer el río Sena en barco es una experiencia imprescindible para descubrir la belleza de París desde una perspectiva única. Personalmente, creo que es más bonito hacerlo mientras anochece y así descubrir la ciudad iluminada. El barco es panorámico e incluye comentarios en español a través de una app que os podéis descargar fácilmente allí mismo. Es una audioguía básica pero interesante en 13 idiomas que os cuenta la historia de la Ciudad de las Luces, sus monumentos y arquitectura. Hay mucho tipos de barcos que realizan este mini crucero por el Sena. Dura una hora y el trayecto va desde los pies de la Torre Eiffel hasta la Isla Saint Louis, regresando al punto de partida al final del recorrido. Suele ser un trimarán acristalado con terraza y pasillos exteriores, ideal para disfrutar de vistas de París. Tienen amplios horarios de salida desde las 10:00 de la mañana hasta las 22:30 horas, aproximadamente. Podéis comprar los billetes allí o hacerlo previamente online para evitaros las colas.. Yo los compré aquí por 15 euros. Hay cruceros que incluyen la cena pero no os los recomiendo. En dos de mis visitas previas a París me invitaron a ello y la comida dejaba mucho que desear.
Free Tour por Paris
El primer día que paséis entero en París después de llegar en el tren de Renfe y SNCF podéis reservar un free tour para explorar durante una mañana la ciudad. Nosotros lo hemos hecho en dos ocasiones con dos compañías diferentes y así hemos podido conocer diferentes puntos de interés y diferentes perspectivas de la historia de la ciudad. No hay muchas ciudades en el mundo que puedan presumir de una historia tan rica y fascinante como la de París. En nuestro último viaje confiamos en la empresa White Umbrella de París y nos gustó tanto que luego contratamos sus tours guiados por el Barrio Latino y Montmartre. En este primer free tour descubrimos los puntos más destacados de la ciudad: comenzando bajo la atenta mirada de las gárgolas de Notre Dame, nos dirigimos al centro histórico de París, donde nos adentramos en la rica arquitectura de la zona y exploramos cuidadosamente el fondo de cada monumento. Revisamos la profunda huella dejada por Napoleón y la Revolución Francesa, el nacimiento del Louvre como el primer museo público del mundo, y la historia del peculiar “Rey Sol”, Luis el XIC. Este tour que podéis contratar de manera gratuita nos llevó en resumen a: Los orígenes de París, Notre Dame, Île de la Cité, el Palacio de Justicia, la Conciergerie, el Puente de las Artes, el Museo del Louvre (exterior) y el Pont Neuf. Fernando, el guía, que era un crack nos contó de maravilla la historia de París incluida su liberación de los nazis en 1944. Seguro que os suena la frase ¿Arde París? Pues eso preguntó Hitler por teléfono al gobernador alemán Dietrich von Choltitz a quién había encargado quemar la ciudad y destruir casi todos los monumentos en caso de que las tropas germanas no pudieran conservar París durante esta etapa final de la guerra. Dietrich von Choltitz desobedeció la orden de Hitler ¿Sabéis por qué? Si hacéis el tour Fernando os lo contará. Tras finalizar la vista por la tarde entramos en el Museo del Louvre. Aquí compramos de manera anticipada las entradas para no hacer colas y no las hicimos, menos mal.
El Museo del Louvre
Cuando fui a París con los peques nos saltamos el Louvre, estuvimos en su pirámide y en la explanada de su palacio pero no entramos. Pensad que alberga en 160.000 metros cuadrados unas 35.000 obras de arte. Las más importantes del museo que merecen la pena la visita son: la Gioconda de Leonardo da Vinci (aunque decepciona a muchos), la Libertad Guiando al Pueblo de Delacroix (en el área de la pintura francesa), las Bodas de Caná de Veronés y en cuanto a esculturas: la Venus de Milo de la Antigua Grecia, el escriba sentado del Antiguo Egipto (Saqqara) y la Victoria Alada de Samotracia del periodo Helenístico de la Antigua Grecia. Os advierto que hay muchas escaleras en el Louvre, así que si vais con personas con movilidad reducida es un poco pesado. Aunque te dan un plano a la entrada el espacio es laberíntico. Dicen que la pregunta más realizada en el museo es ¿por dónde se sale?
Jardín de las Tullerías
Al salir del Museo del Louvre (agotados, no os lo voy a negar), paseamos un rato por el Jardín de las Tullerías. Este está situado frente al Museo del Louvre y acaba en línea recta en la Plaza de la Concordia, a la que fuimos el último día (antes de coger nuestro tren de Renfe-SCNF de regreso) para admirar el magnífico obelisco de Luxor. Volviendo al jardín de las Tullerías os diré que este ocupa un gran espacio, precioso para pasear entre esculturas y árboles. En el parque también hay un gran estanque con una fuente en medio rodeado de sillas, que se ha convertido en uno de nuestros lugares preferidos de París en el que sentarnos y descansar durante nuestras última visitas.
Place Vendome
Desde el Jardín de las Tullerías subimos caminando hasta la Place Vendome una de las plazas más bonitas de París. Destaca por su gran columna en el centro, uno de los detalles más fotografiados de la ciudad. La Columna Vendôme fue construida por Napoleón Bonaparte, para honrar su victoria en la batalla de Austerlitz. Además en esta plaza hay algunas de las tiendas más lujosas de la ciudad como Chanel. Y como no el famoso hotel Ritz en el que pasó su última noche Diana de Gales.
Galerías Lafayette
Nuestro objetivo al cruzar la Place Vendome era llegar a las Galerías Lafayette ya que nos habían recomendado sus vistas desde la 7ª planta en la que hay un gran mirador a la ciudad. Lástima que al llegar este estaba cerrado por obras pero pudimos conocer uno de los centros comerciales más famosos y bonitos del mundo. Sus 7 plantas están distribuidas en forma circular y parecen un teatro. Además, lo bueno es que de camino cruzamos por delante de la famosa ópera de París o Ópera Garnier.
Ópera Garnier
La Ópera Garnier es un grandioso edificio de estilo neobarroco, construido por orden de Napoleón. El interior ofrece una imagen lujosa y ostentosa, lleno de dorados, mosaicos y grandes lámparas. La sala de espectáculos, decorada en rojos y dorados es espectacular, así que no nos extraña que este edificio inspirara la obra “El fantasma de la Ópera”. Si habéis visto la película infantil Ballerina seguro que os encantará conocerla por dentro, sobre todo su escalinata central que aparece en la película. Se realizan visitas guiadas, podéis consultar en esta página web días y horarios.
El Barrio Latino
A la mañana siguiente nos fuimos a descubrir el Barrio Latino con Marta una guía fabulosa de White Umbrella de París. Nos contó la historia del Barrio Latino una de las zonas con más historia de la ciudad, famosa por su ambiente bohemio y estudiantil. Marta nos llevó hasta la famosa librería “Shakespeare Read Company”, visitamos la iglesia de San Julián el Pobre, pasamos por el Museo Cluny, por delante de la Universidad de la Sorbona y El Panteón que guarda los restos de personas tan ilustres como Marie Curie o Louis Braille. Y, finalmente, descubrimos los preciosos Jardines de Luxemburgo.
Jardines de Luxemburgo
Los Jardines de Luxemburgo son los más bonitos de París además de un lugar perfecto para desconectar de la ciudad. Están situados frente al Palacio de Luxemburgo (actual senado) y es un lugar muy popular para los parisinos para hacer un picnic o charlar con amigos tumbados en el césped, sobre todo cuando hace buen tiempo. En los jardines admiramos varias esculturas com la Fuente Médici, en la que aparece Polifemo muerto de amor por Galatea. A este lugar le llaman el rincón de los amantes y os aseguro que tiene mitos y leyendas, pero las dejo para vuestro descubrimiento.
Tour por Montmatre y la Basílica del Sacré-Coeur
Por la tarde hicimos un Tour por Montmartre (monte de los mártires) y la Basílica del Sacré-Coeur. He estado en este barrio unas cinco veces y jamás me lo habían explicado tan bien como nuestro guía Juan de White Umbrella. En serio, si vais solos subiréis las escaleras hasta la basílica y os haréis las típicas fotos vuestras y de la ciudad pero si vais acompañados de un buen guía podréis descubrir sus bonitas calles y edificios. Las historia de sus pintores desde Toulouse Lautrec a Van Gogh y Picasso. Es precioso conocer la historia del Moulin Rouge (no sé si os hará ilusión asistir a alguno de sus espectáculos pero a mi sus precios me parecieron abusivos). Prefiero pasear por sus calles para conocer el origen de los molinos rurales reconvertidos en cabarets com el Moulin de la Galette que pintó Renoir o el primer cabaret del barrio el Cabaret Au Lapin Agile (del conejo ágil), Los viñedos de Montmartre, La Maison Rose y el busto de la pobre Dalida, la cantante y actriz italiana nacida en Egipto y afincada en Francia que enamoró a François Mitterrand (por quien dicen que se suicidó) y que es la que más discos ha vendido en la historia de Francia ¿Lo sabíais? A lo largo de su carrera llegó a vender casi cien millones e incluso tuvo que crearse ex profeso para ella la categoría “disco de diamante”.
Pero volvamos a la historia. Además de estos cotilleos en Montmartre entramos a la Basílica del Sacré Coeur y disfrutamos de la increíble panorámica de París desde sus peldaños. Y aún más ¿habéis visto Amelie? La preciosa comedia romántica francesa de Jean-Pierre Jeunet, pues en Montmartre que era donde vivía la protagonista visitamos su lugar de trabajo: la cafetería des Deux Moulins. No os la perdáis.
¿No os parece más bonita una visita así que llegar hasta Montmartre en metro o autobús y subir en funicular o andando sus escaleras? Este es uno de los barrios más increíbles de París y hay que conocerlo en profundidad. Acabamos la visita en la Place du Tertre o Plaza de los Pintores de Montmartre.
Campos Elíseos y Arco del Triunfo
Por supuesto no podéis iros de París sin haber visto los Campos Elíseos. Son dos kilómetros los que unen la Plaza de la Concordia (abajo en las dos fotos) con el Arco del Triunfo formando una de las avenidas más famosas del mundo. El paseo por la gran avenida transcurre viendo escaparates de tiendas y restaurantes, además de recorrer una de las zonas más concurridas de la ciudad. A medida que os vayáis acercando a la parte alta podréis ver cómo las tiendas se vuelven más y más lujosas. Para llevaros el mejor recuerdo os recomiendo subir a la azotea del Arco del Triunfo. Son 286 escalones para ver una de las mejores panorámicas de la ciudad.
El Arco del Triunfo es, junto a la Torre Eiffel, el monumento más representativo de París. Napoleón ordenó su construcción en 1806 al finalizar la batalla de Austerlitz y el Arco se concluyó durante el mandato de Louis-Philippe. El Arco del Triunfo ha sido testigo de innumerables momentos históricos entre los que podríamos destacar: el paso de los restos mortales de Napoleón el 15 de diciembre de 1840 y los desfiles militares de las dos guerras mundiales en 1919 y 1944. Muchos de vosotros lo recordaréis sin duda por el paso de los ciclistas del famoso tour de Francia.
Museo de Orsay
Finalmente, París merece una última visita y es la del Museo de Orsay o museo de los impresionistas: Monet, Renoir, Cézanne o Van Gogh. Está en la antigua estación de tren y su gran reloj antiguo, junto a la arquitectura del lugar, lo convierten en el mejor lugar para exponer obras estas maestras. Los lunes está cerrado y el precio por adultos son 12 euros. Bon voyage!
