La temporada 2 de “The Mandalorian” ha llegado a su fin, convirtiéndose en el mayor acontecimiento que ha podido producirse en este aciago 2020. Si los primeros ocho capítulos del año anterior fueron una grata sorpresa para los fans de Star Wars, esta segunda tanda revalida con sobresaliente lo que solo se insinuaba en su presentación. Su magistral pulso, unido a la respetuosa devoción hacia lo que supone esta saga para muchos espectadores, la convierten en una pieza con entidad propia dentro de este universo.
A modo de valor añadido logra conectar con las raíces fundacionales que sirvieron de inspiración para George Lucas, véase por ejemplo los filmes del género western o las historias de samuráis de Akira Kurosawa. Y lo que es más importante, consigue una conexión con los espectadores como nunca se había visto en las últimas tres décadas. Jon Fravreau y Dave Filoni han alcanzo el más difícil todavía, la vinculación emocional muy similar a la que vivimos en aquella década dorada de los 80. Algo que los cineastas y realizadores televisivos actuales son incapaces ni de arañar.
El principal atractivo de este formato reside en la combinación de pura aventura, humor, drama y grandes dosis de ternura. Su aspecto lúdico, unido al desarrollo atractivo de sus distintos personajes, la convierten en un producto que servirá como guía en los años venideros. A todo ello se añade la increíble apuesta tecnológica, situando una vez más a Lucasfilm en la vanguardia en lo que a efectos especiales se refiere.
Cada uno de los capítulos ha destacado por sus cuidadas atmósferas. Sus repetidos cambios de tono, dentro de la trama principal, para nada resultan dispares, convirtiéndose en piezas fundamentales de un puzle. Este, además, logra reconciliar a los fans de varias generaciones; y según se intuye, con el objetivo principal de arreglar algunos desaguisados que se quedaron por el camino en la trilogía de secuelas.
En “The Mandalorian” hemos tenido dragones de las arenas, arañas gigantescas, el regreso de Bo-Katan, Boba Fett y Ashoka, planetas desbordantes de vida y peligros, y algunos de los momentos más divertidos y tiernos protagonizados por Baby Yoda, cuyo nombre se revela en uno de los capítulos. Aventura e ilusión que conecta con el momento de cuando cada uno de nosotros descubrimos la saga siendo niños.
El final, al menos por el momento, ha coincidido con el anuncio por parte de Disney y Lucasfilm de la preparación de nuevos films y series. Estas últimas serán, debido a la deriva de los acontecimientos actuales, donde más van a incidir. El consumo masivo de plataformas de streaming, en detrimento de las salas comerciales tradicionales, dan lugar a un nuevo panorama audiovisual inédito en la historia del cine.
En resumen, estamos en un tiempo en el que ser fan de Star Wars es todo un disfrute. Aquí en este enlace encontraréis el tráiler de esta segunda temporada.