Creo que no me equivoco si digo que, después de Papá Noel y de los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez es uno de los personajes más querido por los niños. Y es que el hecho de que este simpático animal te visite cada vez que se te cae un diente es algo entre misterioso y mágico. Así que si tu hijo está en esa etapa en la que le están cambiando los incisivos, los colmilos, los molares o los premolares, el musical Ratón Pérez, el engima del tiempo, le encantará.
La mayor aventura de Ratón Pérez
¿Qué pasaría si un día Ratón Pérez pierde esa magia que le permite viajar por los cinco continentes en una misma noche para recoger cientos, miles o millones de dientes? Este es el punto de partida de Ratón Pérez, el enigma del tiempo, en cartel en el Teatro Cofidis Alcázar hasta el próximo 13 de marzo.
El tiempo está en contra del roedor y, para resolver este misterio, solo cuenta con la inestimable ayuda de su amigo Berto, pero juntos no podrán conseguirlo y tendrán que recurrir a Gato, un felino integrante de una banda de jazz que sueña con ser una mega estrella de la canción. Él -o mejor dicho sus colmillos- tienen la clave para poder resolver el enigma del tiempo.
En esta aventura nuestros protagonistas se toparán con un montón de personajes, a cual más loco: la malvada Caries; su ayudante Timo, un poco torpe y despistado; las oscuras sombras; Barrio, el barrendero simpático; la grandísima Bianca, una famosísima cantante que esconde un secreto; y el Hada de los Dientes (y hermana gemela de Caries), que aparece en escena escoltada por su séquito de molares (fíjate lo bien que están caracterizados porque te puede dar una idea para un futuro disfraz).
Ratón Pérez, un musical con mucho ritmo
Este montaje destaca, entre otros motivos, por la puesta en escena, realmente cuidada y pensada para la ocasión (con un solo decorado se consigue dotar al espectáculo de un dinamismo sin caer en la rutina o la monotonía) y por la calidad actoral de su elenco, que interpreta y baila en directo todas las canciones y que continúamente interactúa con el público, haciéndole sentirse un personaje más de esta aventura.
Los mayores lo pasamos genial, aunque quizás nos sobraban algunos minutos de espectáculo (la duración total del montaje es de 90 minutos), pero hay que reconocer que los pequeños (recomendado para niños a partir de los 5 años) disfrutaron muchísimo y, al menos en casa, estamos esperando que, por tercera vez, venga Ratón Pérez a visitarnos. Sabemos que algo nos traerá, pero como él mismo dice al final de la representación, lo importante no es el regalo.
Y, sorpresa, después de la obra todos los niños se pueden acercar a conocer a Ratón Pérez y a sus amigos y… ¡llevarse un mágico recuerdo!