Probablemente hayas leído y escuchado hablar sobre el “turismo sostenible“, ¿pero qué es el turismo sostenible realmente? Algunas personas pueden pensar que se trata de una suerte de rechazo al turismo, pero no es así. El turismo es un motor económico importantísimo para muchas de nuestras ciudades. Algunas, como mi pueblo natal, se mantienen gracias a esta actividad. Mucha gente sobrevive en invierno con lo que gana en temporada alta. Así pues, se trata de viajar con responsabilidad, de hacerlo pensando que nuestro destino es un lugar donde han vivido y viven personas, animales y plantas, pero ¿profundizamos un poco más?
Consejos para viajar de manera sostenible
Como dicen nuestros peques cuando estudian teoría, las definiciones son muy bonitas, pero ¿esto cómo se lleva a la práctica? Aquí os doy algunos consejos para hacer turismo sostenible.
Cuida el entorno
Una de las cosas que más nos gusta hacer cuando visitamos un país o una ciudad nueva es conocer sus museos y monumentos. Sin embargo, a veces, la euforia nos lleva a hacer cosas que no haríamos cuando estamos en casa, como tirar papeles al suelo, fotografiar ese cuadro que tiene una prohibición expresa… Tanto los monumentos, museos, como las aceras… son patrimonio de los ciudadanos y merecen que los cuidemos para que estos y las siguientes Familias Activas puedan disfrutarla.
Compra en negocios locales
Mi pueblo natal es muy turístico. Y mi familia se dedicaba al comercio. Era muy frustrante ver las calles llenas de gente, pasando por la puerta, mientras que nadie entraba en la tienda. Ahora que hay más hoteles, el problema se ha ido incrementando. Una familia puede estar quince días en mi pueblo sin haber salido de la playa y de las instalaciones de su alojamiento. Afortunadamente, desde hace unos años, esto está cambiando. Las personas y familias vienen a vivir el pueblo.
Una ciudad no es un decorado
¿Creeríais que los selfies y las fotografías se están convirtiendo en un problema? Esto sucede porque tendemos a querer hacernos la foto en los mismos lugares. Esto lleva a que se aglomere la gente en determinadas zonas, mientras que otras áreas pueden quedarse vacías. Esto repercute en la movilidad y en la accesibilidad de las ciudades, pero también en el desarrollo económico, ya que muchas calles apenas tienen circulación y, por tanto, se compra muy poco en los negocios.
Por otro lado, también hay que tener cuidado con fotografiar a la gente. Es posible que su estilo de vida te parezca curioso o interesante, pero si quieres hacer turismo sostenible y responsable, tienes que recordar que hay un ser humano ahí.
Infórmate de la cultura de ese país o lugar
Cuando viajamos, es inevitable hacer comparaciones. Por ello, lo mejor es informarse bien de cómo es esa cultura: cuáles son sus normas y costumbres. En cualquier caso, si aun así encuentras algo que te extrañe o que no entiendes, sé prudente a la hora de preguntar. Ten en cuenta que eso que a ti tanto te sorprende puede ser esencial para ellos. La educación y la prudencia son la mejor herramienta para acercarte de verdad a la gente.
En realidad, si lo pensamos bien, el turismo sostenible tiene que ver con lo que os decía al principio: recordar que nuestros destinos vacacionales son lugares donde vive gente y que esa gente tiene los mismos sentimientos que tú.