Este viernes llega a los cines Mia y el León Blanco, una película familiar protagonizada por la joven actriz Daniah De Villiers, junto a Mélanie Laurent y Langley Kirkwood. Esta historia, sobre el amor a los animales y la conservación de la naturaleza, fue rodada durante tres años bajo la dirección de Gilles de Maistre y la producción de Jacques Perrin, creador de grandes documentales como Nómadas del viento (2001), Océanos (2009) y Las estaciones (2015). Perrin también fue uno de los responsables de Los chicos del coro (2004), uno de los mayores éxitos del cine francés de todos los tiempos.
Sinopsis
Mia tiene 11 años cuando comienza una relación extraordinaria con Charlie, un cachorro de león blanco nacido en la granja de leones de sus padres en Sudáfrica. Durante tres años, crecerán juntos y vivirán una amistad incondicional. Cuando ella cumple 14 y Charlie se convierte en un hermoso león adulto, Mia descubre que lo van a vender. Al saber que su amigo está en peligro, Mia y el león emprenderán un viaje a través de la sabana en busca de una tierra donde Charlie pueda vivir en libertad.
Con motivo de la presentación de Mia y el León Blanco en España, tuvimos la oportunidad de hablar con Gilles de Maistre, su director. Aquí os dejamos la entrevista:
Francisco Javier Millán- Lo que más me ha sorprendido de la película es la historia que cuentas. ¿Cómo llega a tu vida la historia de Mia y el León Blanco?
Gilles de Maistre – La idea surge de una experiencia real, basada en un documental que hice algunos años en Sudáfrica para la televisión francesa. Yo había filmado a niños por todo el mundo, y lo que más me interesaba era la relación que éstos tejían con los animales. Estuve en este país, en concreto en una granja, donde había un niño de diez años con una relación muy especial con los animales salvajes, en concreto con los leones. Con el tiempo descubrimos que todo esto era mentira, ya que la familia, cuando los animales crecían, los vendían a los turistas. Entonces me plateé la siguiente pregunta: ¿Qué pensaría cuando aquel niño descubriese que sus padres lo han traicionado? De esta idea surgió la historia de ficción de Mia y el león blanco. Una historia universal que trata de la familia, del amor y de la naturaleza.
¿Con qué experiencias te quedas tras tres años de rodaje?
Para empezar una enorme lección de paciencia. Yo soy alguien que me aceleró mucho y que voy muy rápido. La experiencia que conservo es que todo ha sido mágico. Todo el principio de la película se basa en tener una relación auténtica entre la niña y el león. Es autentica porque la niña, a lo largo de estos tres años (de 11 a 14 años) y el león, desde cachorro hasta la edad adulta, se veían todos los días. Lo alimentaba, dormía con él, lo cuidaba, … fue algo totalmente increíble. Lo más mágico fue como se creaba esta historia gracias a estas vivencias reales entre ambos.
La civilización actual parece haber dado la espalda a la naturaleza. Creo que tendríamos que vincularnos más con estas criaturas que comparten el planeta con nosotros.
Efectivamente, tras la fábula de la relación entre la niña y el león, se presenta la conexión que tenemos nosotros con la naturaleza. Y el mensaje que mostramos es que debemos respetarla. El ser humano es un gran depredador de la naturaleza que lo domina todo, cuando la realidad es que deberíamos compartir esa naturaleza. Es muy fácil ser el más fuerte, aplastarlo todo a nuestra disposición. Nosotros no solo tenemos que crear ese respeto, también nos necesitamos mutuamente. Y solo tenemos un único planeta.
El otro mensaje es que el futuro está en los niños. Son ellos quienes pueden cambiar el mundo. Hay muchos que tienen iniciativas, y es lo que hace Mia en la película. Y éste es también el mensaje.
¿Con qué especialistas habéis contado para el rodaje con animales?
Hemos contado con la colaboración del conservacionista Kevin Richardson, un especialista que ha trabajado con leones desde hace 25 años. Él ha trastocado la mirada con la que vemos a los animales, creando relaciones estrechas con ellos. Su colaboración y estudio es desde el punto de vista científico. Él ha trabajado las reacciones de todos los leones que aparecen en la película, en definitiva, se comportan como si fueran actores. Por otro lado, Prune de Maistre, la guionista, se ha documentado sobre su vida. Pero también hay que decir que, al ser una historia de ficción, se han tomado algunas libertades.
¿Cómo ha sido trabajar con Jacques Perrin, uno de los directores de documentales más prestigiosos de Francia?
Jacques Perrin es un especialista en producir documentales bastante complejos, y su presencia en el proyecto aporta credibilidad. Nosotros partíamos de un escenario virgen y él aportó toda su experiencia. Algo muy necesario durante un rodaje tan largo.
¿Películas como Océanos o Nómadas del viento han servido de inspiración para la realización de tu película?
Hay una gran diferencia entre lo que hace Jacques Perrin y nosotros. Él ha abierto caminos nuevos y sin duda es una fuente de inspiración. Por el contrario, a mí como director me interesaba utilizar más la ficción, y Jacques se centra más en el género documental. Otra fuente de inspiración ha sido Jean-Jacques Annaud, director de El oso (1988). Su influencia se puede apreciar en la película. La idea era utilizar lo real para dar esa sensación de autenticidad.
En la actualidad, ¿qué peligros corre la fauna en la sabana africana?
El problema más grave para la fauna es la pérdida del hábitat. Hay una escena muy simbólica en la película con un supermercado chino en mitad de la sabana. Los humanos hemos conquistado progresivamente todo el espacio, incluso se puede hacer turismo en cualquier sitio, lo que provoca que el hábitat de los animales salvajes sea más reducido.
Si queréis ver el tráiler de esta fantástica película podéis hacerlo pinchando en el siguiente enlace.
