Este fin de semana se reestrena en las salas de cine la película “El viaje de Chihiro” con motivo de su vigésimo aniversario. La distribuidora Vértigo Films ha hecho una gran campaña de relanzamiento distribuyendo este clásico animado en más de 200 pantallas de toda España.
“El viaje de Chihiro”, estrenada en el año 2001, es el séptimo largometraje dirigido por Hayao Miyazaki, creador de otras cintas inolvidables como “La princesa Mononoke” y “El castillo ambulante”. En la actualidad suele aparecer en las listas de los mejores largometrajes animados de la historia del cine. Su legado es inmenso, hasta el punto de influir en otros realizadores como John Lasseter (PIXAR) y en otras producciones animadas posteriores.
Hayao Miyazaki, máximo exponente de Studio Ghibli, basó esta historia en la hija de diez años de un amigo, al quien iba a visitar todos los veranos a su casa. Chihiro, una niña de esa misma edad, después de atravesar un túnel con su familia, llega a un mundo fantástico en el que no hay espacio para los seres humanos. A partir de entonces se irá encontrando con una serie de dioses que pertenecen a la cultura y tradiciones japonesas. No sin antes descubrir que sus padres han sido convertidos en cerdos.
Desde su estreno, el 20 de julio de 2001, “El viaje de Chihiro” lograría un gran éxito internacional. Su recaudación alcanzó los 30 mil millones de yenes, convirtiéndose en la película más taquillera de la historia del cine japonés. Muchos han visto en ella una suerte de versión nipona de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Caroll. Ambas obras representan el paso de la niñez a la madurez a través de sus protagonistas, mientras transitan por un mundo fantástico repleto de seres imposibles. Esta historia también posee algunos de los temas habituales de Ghibli: la lucha contra la contaminación, la defensa de la naturaleza, y la preservación de las tradiciones frente a la globalización y la modernización de la sociedad.
A su vez, esta película de Miyazaki sigue con la tradición de dibujar a sus personajes a mano casi por completo. Solo en algunas escenas se experimentó con la animación por ordenador con resultados muy sobresalientes. Otro de sus puntos fuertes lo encontramos en su música, compuesta por el maestro Joe Hisaishi, fiel compañero del cineasta desde los inicios de su carrera. La partitura presenta una variedad temática de gran inspiración. Tan bella o más como las imágenes que subraya.
Sin duda estamos ante una gran oportunidad para volverla a disfrutar o quizás verla por primera vez. En este enlace encontraréis su tráiler.