El maestro que prometió el mar es una película conmovedora y muy necesaria frente a la intolerancia pasada y presente. Patricia Font, su directora, opta por un estilo más tradicional, alejándose de los lugares comunes que otras cineastas de su generación están abordando. Una historia vitalista y sobre todo educativa, que bien puede trazar un paralelismo con la sociedad de hoy en día.
Sinopsis
El abuelo de Ariadna busca desde hace tiempo los restos de su padre, desaparecido en la Guerra Civil. Decidida a ayudarlo, viaja a Burgos, donde están exhumando una fosa común en la que podría estar enterrado. Durante sus días allí, conocerá la historia de Antoni Benaiges, un joven maestro de Tarragona que antes de la guerra fue profesor de su abuelo. Mediante un innovador método pedagógico, Antoni inspiró a sus alumnos y les hizo una promesa: llevarlos a ver el mar.
Entrelazando el pasado y el presente
La película entrelaza pasado y presente a través de dos tramas que construyen un relato sobre la memoria y la importancia de no dejar caer en el olvido nuestra historia reciente. La trama de Ariadna, interpretada por Laia Costa, pone en valor la lucha de tantas familias que todavía buscan a sus familiares enterrados de forma anónima en fosas comunes, mientras que, la de Antoni Benaiges, al que da vida un magnífico Enric Auquer, rinde homenaje a los maestros republicanos, en un relato emotivo y en plena vigencia.
La película está basada en el libro Desenterrando el silencio: Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar, de Francesc Escribano, y ha sido adaptado a la gran pantalla por el guionista Albert Val.
Un maestro a contracorriente
El nuevo filme de Patricia Font también gira alrededor del concepto del “pez fuera del agua”. Es decir, sitúa a un protagonista en un entorno que le es completamente ajeno. Y, a pesar de la resistencia inicial que encuentra, logra cambiar el interior de muchas de las personas (en especial sus alumnos) con los que se relaciona. Asimismo, al tratarse de una historia enmarcada en la Guerra Civil, se establece una confrontación entre la modernidad y las formas de vida más tradicionales. Entre una enseñanza diferente y laica, frente a la conservadora y más religiosa.
Antoni Benaiges era un profesor de Mont-Roig (Tarragona) que fue destinado a Bañuelos de Bureba (Burgos), poco antes del conflicto civil que asolaría España. Benaiges plantea a sus alumnos crear sus propios cuadernos escolares. En su aula utilizaba una imprenta y otras técnicas basadas en el texto libre y en un método natural de lectura y escritura. Todo ello bajo un clima en el que se incentivaba la creación individual y la cooperación. O lo que es lo mismo, la creación de un ambiente que potencie el descubrimiento continuo.
Regreso a una escuela más tradicional
El maestro que prometió el mar traerá muchos recuerdos a todos aquellos que fueron a los colegios de los entornos rurales. Patricia Font logra situar una mirada nostálgica en una forma de educación que ya se ha perdido. Su película aparece en un momento en el que la UNESCO ha propuesto un concepto que ha generado controversia: el “apagón digital en las escuelas”. Según han argumentado, dicho apagón permitiría a los estudiantes regresar a actividades más tradicionales como la lectura, la escritura a mano y el trabajo en equipo. De esta forma se daría rienda suelta a habilidades fundamentales como la creatividad, la comunicación y la resolución de problemas.
En este enlace encontraréis el tráiler de El maestro que prometió el mar.