El pasado 5 de mayo el Auditorio Nacional (Madrid) cambió por unas horas sus enormes contrabajos y sus delicados violines por unos instrumentos muy especiales: juguetes musicales de la empresa Fisher-Price que permitieron contar la historia de El señor de los puntillos, un cuento lleno de valores, como el trabajo en equipo o la importancia de la aportación individual, a través de bellas piezas sonoras, algunas de ellas muy conocidas por los niños y por los padres. Y todo, como explica Inmaculada López, responsable de comunicación de la Orquesta Metropolitana de Madrid, “con el fin de acercar a niños y niñas a las grandes salas de conciertos y fomentar, al mismo tiempo, la creatividad a través del juego, los cuentos y la música”.
Beneficios de la música en los niños
Son muchos los estudios que hablan de los beneficios de la música en los niños, incluso desde que están en la tripita de mamá, ya que ayuda al desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, motriz e, incluso, del habla. Pero es que además escuchar música reduce el estrés, ayuda a relajarse, mejora la concentración, favorece la autonomía del pequeño y contribuye a ser más sociable. Quizás por este motivo, en el único concierto ofrecido de este tipo en el Auditorio Nacional por la Orquesta Metropolitana de Madrid junto con el coro del grupo Talía, no cabía ni un alfiler, lleno total, o sold out, como dicen las bandas de pop y rock nacionales e internacionales.
Bob Esponja y Peppa Pig comparten escenario en el Auditorio Nacional
Para algunos niños era su primer concierto y su primer contacto con una orquesta sinfónica, pero la Metropolitana de Madrid consiguió mantenerles a todos con los ojo abiertos. Quizás estaban sorprendidos por la majestuosidad de la sala del Auditorio Nacional, por descubrir qué es un órgano, por ver tan de cerca instrumentos como el arpa o porque además de músicos (más de 150) sobre el escenario estaban también algunos de sus personajes de dibujos animados favoritos como Peppa Pig, George Pig, Blancanieves, Bob Esponja o Patricio. Y las sorpresas no pararon de llegar (y esto no había hecho más que empezar) durante las dos horas que duró este concierto tan especial, porque de las notas de musicales se intuían los primeros acordes de bandas sonoras de dibujos animados tan famosos como La Patrulla Canina, y otras más familiares para los más mayores como Los Tres Mosqueteros, Los Picapiedra, Tom y Jerry o Inspector Gadget. Sin olvidarse, tampoco, de piezas tan clásicas como el Bolero de Ravel, al que le dieron un toque innovador al interpretarlo con piezas de juguetes (en total más de 200 elementos de juguete de la marca Fisher-Price estuvieron presentes durante la representación).
Después de esta maravillosa experiencia, está claro que sales dándote cuenta de que le puedes dar una segunda vida a los juguetes que tus hijos no usan y utilizarlos para iniciarlos en el mundo de la música, eso sí, con permiso de vuestros vecinos.