Escocia siempre ha sido una tierra evocadora de grandes aventuras, extraordinarios espacios abiertos y con una naturaleza que desborda en cada uno de sus rincones. Semejantes atributos la han convertido en uno de los destinos turísticos europeos más soñados. En los últimos años su popularidad se ha visto incrementada gracias a la serie Outlander, aunque los espectadores un poco más mayores la relacionamos íntimamente con la primera película de la saga de Los Inmortales(1986) y con la música de Queen.
El rodaje de exteriores de Los inmortales, a mediados de la década de los 80, se benefició de los espléndidos paisajes de las tierras altas de Escocia. En el film aparece Glencoe, Fort William y la isla Skye. Aun, hoy en día, se realizan tours por los distintos puntos donde se filmó. Recordemos que esta película sigue los avatares de una serie de individuos capaces de vivir durante siglos, a no ser que mueran en duelo por parte de alguien de su misma condición.
En concreto, el Castillo de Eilean Donan, considerado como un auténtico emblema para los escoceses, se convirtió por derecho propio en una de las localizaciones más populares del film. Esta construcción se encuentra en uno de los parajes más bellos de las Highlands, para ser más exactos, en la confluencia que forman el Loch Duich, el Loch Long y el Loch Alsh. Para acceder hasta él hay que atravesar un estrecho puente de piedra que une la pequeña isla donde se encuentra con el aparcamiento. En la película, el puente es atravesado por el clan MacLeod tras una de sus muchas victorias. También es en este castillo donde se filmaron las escenas de la villa del clan, a pesar de no ser el lugar exacto, tal y como reza el siguiente extracto del guion: “Soy Connor MacLeod. Nací en 1518 en el pueblo de Glenfinnan a orillas del Lago Shiel, y soy Inmortal”. Glenfinnan se encuentra más al sur, cerca de la población de Fort William.
La ubicación de Eilean Donan, una de las más fotografiadas y presentes en las guías de viajes, inspira relatos románticos, grandes gestas y pura magia. Todo ello rodeado de niebla y con el característico cielo plomizo de esta región escocesa. En la actualidad, como ha ocurrido durante siglos, sigue siendo la residencia oficial del clan MacRae.
Para trasladar el entorno a principios del siglo XVI, el equipo de producción y dirección artística tuvo que cubrir el aparcamiento del castillo con una gran capa de turba para ocultarlo. Las casas ubicadas junto al puente fueron construidas de propio para la filmación.
Sin duda, Escocia dota a la película de una magia especial. Cada vez que la cámara salta al pasado, la trama expande toda su mitología en absoluta comunión con los entornos naturales. Fruto de ello, lo podemos ver en la escena de entrenamiento en la playa o en los pasajes románticos.
Estos parajes se verían también vinculados a la música de Queen. Esta célebre banda británica se encargó de la banda sonora, cuyos temas se publicaron en el álbum A Kind of Magic. Who wants to live forever se convertiría en la balada principal del film. Brian May quiso poner en una canción las emociones que experimentaba Connor MacLeod al ver que su amada Heather envejecía para después morir en sus brazos. Se trata de una de las escenas más recordadas, y la que mejor define el punto mágico de la cinta más allá de los grandes duelos. May también se inspiraría en el halo romántico que desprendían los espectaculares escenarios de las tierras altas escocesas. Se cuenta que el guitarrista, compositor y vocalista de Queen, escribió la letra en el trayecto hacia su casa tras ver un primer montaje.
En el siguiente enlace podéis ver el videoclip de la citada canción. Y aquí más información sobre Eilean Donan, con los horarios de visita y precios.