Hace poco unos amigos nos invitaron a asistir a un concierto de música clásica para niños que estaba “genial”, según sus palabras. Acudimos un sábado lluvioso a una escuela de música en Alcalá de Henares (Madrid), donde se celebraba el evento, con la intención de pasar una tarde divertida, sin mayor aspiración y temiendo la reacción de nuestra hija pequeña, que con casi tres años está pensando más en trastear que en prestar atención a ninguna función, teatral o no.
Pero lo que vimos y escuchamos nos dejó a todos con los ojos y las orejas bien abiertos. Con solo un violín, una flauta, un violonchelo, un piano y el apoyo de dibujos animados en una pantalla de televisión, dos cantantes y un narrador (en total 7 músicos) consiguieron que nos metiéramos en el mundo de Mozart de la manera más divertida y a la vez educativa que nunca habíamos presenciado. De hecho, se nos pasó el tiempo muy rápido, tanto a los niños como a los mayores, y quise saber cómo es posible que una función pensada para la semana cultural de esta escuela supere a obras musicales infantiles que se representan con frecuencia en teatros de la capital.
Aprendiendo y disfrutando con la música clásica
La respuesta me la dio Eva Alonso, directora de Musicaeduca, un centro que lleva casi 50 años ofreciendo formación musical en la ciudad complutense y que se ha convertido en un referente tan importante en el mundo de la educación, que han creado hasta su propio sello para editar sus materiales didácticos. Esta es una de las claves para acercar el mundo de la música clásica a los niños, mediante el apoyo de la tecnología y de un lenguaje apropiado a cada edad. La colaboración de importantes profesionales en las actividades que realizan es otro de sus puntos fuertes. “El secreto está en que los niños disfruten con lo que hacen. En el proceso de aprendizaje musical conocen diferentes músicas y estilos, entre ellos la música clásica, que son seleccionados especialmente para cada edad, haciendo actividades adecuadas para los niños. El resultado es que mientras descubren la música aprenden a amarla y disfrutar con ella”, asegura Eva.
Aunque aparentemente resulta sencillo mantener distraídos con música a los niños, lo verdaderamente complicado es que los padres compartan esa pasión que transmiten las funciones que realizan en Musicaeduca, teniendo en cuenta el bajo nivel cultural respecto a música clásica que todavía tenemos los españoles. “Cuesta mucho entender lo sumamente beneficiosa que es la música para el desarrollo general de los niños. Cuando se les da la oportunidad de crecer haciendo música, los beneficios repercutirán en todos los aspectos de su vida. Pero esto ocurre a cualquier edad, adolescentes y adultos también disfrutan con la música, tanto si tocan un instrumento como si son tan solo aficionados, y nos aporta mucho más de lo que podamos creer. Nos falla la cultura musical, tanto en conocimiento como en no saber apreciar todo lo que nos aporta la música, y esto nos lleva también a una gran falta de apoyo por parte de las instituciones y leyes educativas”, se lamenta Eva.
Pero cada vez más padres y madres somos conscientes de la importancia de una buena educación musical para los niños y niñas desde que son pequeños y escuelas como Musicaeduca y sus iniciativas culturales ayudan a fomentar el amor por la música clásica. Porque Mozart puede ser divertido si se sabe dar con la tecla adecuada.