Grandes Profes es un evento organizado por ATresMedia, con el objetivo de abrir un espacio de diálogo en torno a la educación. A pesar de su nombre, no solo asisten los profesores más galardonados, sino que también asisten personajes públicos vinculados a la cultura. El tema de este año ha sido el talento. La pregunta clave era ¿a qué desafíos se enfrentan los educadores? ¿cómo trabajamos para que los peques puedan encontrar su talento y disfrutar de él? A pesar de los diferentes puntos de vista dados, todos los ponentes estaban de acuerdo en ciertos aspectos. El primero de ellos es que las Familias Activas y los profesores somos un equipo, como explicaba Laura Baena. Tenemos que trabajar juntos.
Grandes profes: el talento tiene que vivirse con felicidad
Como decía antes, todos los profesionales de la educación y de la cultura han hablado de la felicidad. Además de hablar de la felicidad de aprender, nos han llamado la atención durante sobre un tema importante, sobre todo para nosotros, que tan atentos estamos a la educación de los peques. El mensaje era siguiente: el talento solo es útil si les hace felices. Nos alertan de que cuando descubrimos una habilidad de nuestros peques, muchas familias se empeñan en que lo desarrollen, hasta el punto de ejercer una presión excesiva. Esto, afirman, puede llevar a que terminen odiando aquello que se le da bien, como apunta Xuso Ruíz, maestro galardonado con el Global Teacher Prize 2018. Por eso, tenemos que buscar un término medio entre ocio y formación.
Por otra parte, los educadores tenemos el reto de guiarlos para que encuentren ese talento y puedan desarrollarlo con alegría, pero con esfuerzo. Todo ello en una realidad cambiante y que no va a dejar de cambiar. La estabilidad que nuestros padres vivieron ya no volverá a darse, al menos a corto plazo. Por tanto, lo ideal es que incluyamos esa circunstancia en su educación. Teniendo en cuenta todo esto, ¿cuáles son las claves de esa labor conjunta?
Resiliencia
La resiliencia es la capacidad para superar dificultades. “Superar” implica comprender que la vida no siempre es como queremos, que hay cosas que no podemos controlar, que muchas de ellas provocan dolor y que el dolor es una emoción tan saludable como la alegría y que, por tanto, debe vivirse justo para dejar de sentirlo. “Superar”, por tanto, no significa evitar las emociones negativas, sino aceptarlas, sentirlas, comprender su origen y encontrar soluciones
Adaptación a la tecnología: ellos están al mando
Juan Luis Arsuaga, paleontólogo, afirmó “la tecnología no sustituye a la naturaleza, la amplifica”. A pesar de la creciente inserción de la Inteligencia Artificial, tienen que ser conscientes de que son una herramienta y de que son ellos y ellas quienes las controlan. Para hacerlo de una manera sostenible, es importante que se adapten a los cambios que esta produce, pero siempre bajo la pregunta de qué puedo añadir yo a la tecnología y no al revés. Las tecnologías ejecutan, son ellos los que tienen que pensar cómo mejorar su entorno gracias a esos dispositivos y esto solo se puede conseguir gracias a la inteligencia emocional, como sostiene el paleontólogo, algo que nunca podrá tener una máquina.
Creatividad responsable
La divulgadora científica Silvia Leal apuntó algo fundamental. Dijo hay que “tratar de imaginar como debe ser el futuro y no cómo va a ser“. Si observamos, es habitual que pensemos y que piensen en el futuro como algo que nos llega dado, como si nosotros no tuviéramos ninguna responsabilidad en el mismo. Esto no es cierto. Cada persona cuenta. Por tanto, cuando les animamos a que sean creativos, lo mejor es insertar esta nueva variante, porque al preguntarles “¿cómo quieres que sea el futuro?” no solo le estamos diciendo que tiene poder sobre sí mismo, sino también sobre los demás. De este modo, su búsqueda y sus respuestas irán más orientados a la construcción colectiva que al beneficio propio.
Así,si nos damos cuenta, los educadores, divulgadores y los representantes de la cultura hacen hincapié en que el reto del siglo XXI pude resumirse en apostar por la humanidad. La humanidad, la inteligencia emocional, el cuidado de uno mismo y los demás, marcará la línea entre las personas felices y generadoras de felicidad del resto.