Cuando hablamos de Calafell a todos nos viene la imagen de la playa, los chiringuitos y el sabor a mar de sus platos. Sin embargo Calafell es mucho más. Es una de las mejores poblaciones de la Costa Daurada para ir en familia durante todo el año, hasta celebran fines de semana especiales con multitud de actividades para niños, el Calafell Family Weekend. Para que hagáis una escapada o por si tenéis previsto que sea el destino de vuestras próximas vacaciones, os voy a explicar aquí algunos planes ideales para hacer en familia. Nosotros hicimos esta ruta con los peques y lo pasamos genial.
En Calafell tenéis muchos establecimientos para ir con los niños. Nosotros en nuestra última visita descubrimos los apartamentos Mandala que están en el mismo centro, en segunda línea de mar. Son unos apartamentos completamente reformados y orientados a las familias. Estaréis como en casa, con hasta tres habitaciones, un amplio comedor y una cómoda cocina para vuestras vacaciones. Eso sí no se puede acceder con coche porque es zona peatonal y si vuestra matrícula no es reconocida por las cámaras municipales recibiréis una buena multa del ayuntamiento. Hay un parking público gratuito muy cerca en el que podéis dejar el coche y descargar. Está al lado del mercado municipal. Esta es la web de los apartamentos Mandala. Como veréis son apartamentos singulares de 90 m2 muy cómodos, diseñados para que pasemos unas vacaciones especiales, durante todo el año. Decorados estilo cool y vintage. Están adaptados para discapacitados y se permiten mascotas. Hice las fotos que veis para que os hagáis una idea de cómo son.
Nosotros llegamos directos a los apartamento y de ahí nos fuimos a caminar con los peques por el Paseo Marítimo de Sant Joan de Déu, hasta casi llegar a El Vendrell. En el número 12 del paseo tenéis le restaurante la Mar de Fons que tienen una oferta de Vermut espectacular. Tanto que para cenar nos pedimos unos berberechos y algo más. No tienen página web pero podéis seguirles en su Facebook. Es un local con buen producto y no excesivamente concurrido así que estuvimos muy tranquilos con los niños.
Por la mañana ya nos pusimos en marca con los peques, fuimos al Hotel 4R Miramar en el que había algunos coches de época aparcados porque ese fin de semana se celebraba una fiesta rockabilly. Pero lo más divertido llegó después cuando visitamos la Ciutadella Ibèrica de Calafell de la mano del guía Manel Gómez. No tenía ni idea de que existía este conjunto arqueológico en la población y es altamente aconsejable ir a verlo con niños. Manel nos recibió y explicó cuáles eran los restos arqueológicos y cuáles los edificios construidos para evocar el paso de los íberos por la Península. Es un recorrido pensado para los niños ya que hay fichas explicativas y, con muchas escuelas de la zona, realizan multitud de actividades. Ya veréis que es mucho más que un yacimiento arqueológico. Es el único poblado ibérico reconstruido en la zona sobre los restos originales del yacimiento de la edad e hierro. Veréis las murallas de las casas en las que vivían los guerreros ibéricos. Jorge se vistió de uno de ellos.
Los íberos son anteriores a los romanos y estuvieron en la Península entre los siglos VII y II aC. Tenían contactos comerciales con los fenicios, púnicos y cartagineses. Se distribuían en diferentes tribus y su lengua, según nos explicaba Manel, aún no ha podido ser descifrada en los restos arqueológicos hallados. Vivían de la agricultura y la ganadería, pero también de la pesca. De hecho el mar llegaba hasta la misma falda del poblado. Eran muy buenos orfebres, las espadas de hierro que forjaban para defenderse en las batallas pesaban tanto que yo no fui capaz de levantarla. En la web de Calafell Histórico tenéis toda la información y os recomiendo contratéis una visita guiada para entender todo lo que allí vais a ver y vivir.
Seguramente, la mejor recomendación para este viaje que os puedo hacer es deciros que reservéis para comer, al salir de la Ciutadella Ibèrica de Calafell, en el Restaurante La Barca de Ca l’Ardet. Nosotros ya lo hemos anotado en nuestra agenda de imprescindibles y volveremos cada vez que pisemos la población. Nos encantó. Está en la calle Marinada, 2 y todo está buenísimo. El lugar es ideal pero más su gastronomía. Además, son súper agradables con los niños y cuidan todos los detalles, desde las tronas hasta vasos de cristal de personajes especiales para ellos. También les sirven su propio pica pica algo que a mis hijos les encanta. Les daría un 10 en todos los sentidos. Si vais con la familia a Calafell reservad aquí. No os arrepentiréis. Tenéis en su carta desde el más delicioso y cuidado vermut hasta platos que fusionan creatividad y tradición. Yo aún recuerdo el arroz caldoso con bogavante. Volveremos en breve.
Cuando acabéis de comer podéis volver a los apartamentos Mandala a descansar un poquito y si los peques necesitan actividad apuntarlos a una caminata de estilo nórdico desde la plaza Països Catalans hasta el Castillo de la Santa Cruz. Las llamadas Nordic Walking se han puesto de moda. Calafell es un municipio pionero en implantar y desarrollar el Nordic Walking en España. Esta modalidad deportiva consiste en caminar con la ayuda de bastones similares a los utilizados en el esquí. Yo os lo recomiendo para niños a partir de 8 o 9 años en adelante. Valentina por ejemplo, que tiene 4 es muy pequeña aún para una caminata así y se lía con los bastones. Al final los dos peques jugaban con ellos y yo sufría porque se sacaran un ojo. Pero para hacer con niños mayores si lo veo muy divertido. Nosotros no llegamos al Castillo de la Santa Cruz porque como os comento la peque se cansó así que tuvimos que subir en coche.
En el Castillo de la Santa Cruz nos esperaba otra vez el guía Manel Gómez de Calafell Histórico. Este castillo desde el que tenéis unas vistas maravillosas de la población se construyó en el siglo XI como frontera entre la peligrosa zona que limitaba con el Al-Andalus. En los mil años siguientes su función fue cambiando, llegando a ser incluso un cementerio, hasta que en el siglo XX se rescató del olvido para convertirse en escenario cultural único de la región. Allí descubrimos que Calafell significa ‘castillo pequeño’. Los niños estaban emocionados con las leyendas que allí nos contaron. Recorrimos la muralla, la cisterna o pozo que abastecía a la fortaleza en el siglo XI y que llegó a tener hasta 30.000 litros de capacidad y también como se defendían desde sus murallas de los piratas. En el año 1420 se construyó su prisión para los campesinos que no pagaban los tributos. Alrededor del primer tercio del siglo XI se levantó la iglesia románica alrededor de la cual se haría el cementerio. El altar está dedicado a la Santa Cruz.
Tras esta visita cultural, muy entretenida para los niños si la hacéis con guía, nos fuimos a cenar al Restaurante Kur.sal (del hotel del mismo nombre) en el paseo marítimo de Calafell (Sant Joan de Déu, 119). Está justo al lado de la caseta de Nordic Walking de la que os hablaba. Estábamos tan cansados que llegamos a los apartamentos Mandala rendidos. Pero por la mañana teníamos un nuevo plan, esta vez para conocer la zona del Vendrell, cuya playa es Coma-ruga. En la oficina de turismo nos hablaron de los principales lugares que visitar y tras alojarnos en el Hotel Nuba nos fuimos a descubrir el Refugio de animales La Bassa (Camino viejo de Sant Salvador, s/n) en El Vendrell. Es un lugar que os aconsejo totalmente para ir con niños. Todos nos emocionamos al conocer la historia de muchos de los animales que allí cuidan y que han llegado rescatados de situaciones de riesgo o de maltrato, para gozar de una segunda oportunidad en la vida. En el refugio hay unos 300 animales. Cada uno tiene su historia, algunas bien tristes. El refugio es el alma del -MÓN- La Bassa que también integra una escuela infantil, así como un espacio de crecimiento personal. Su filosofía es que a través de los animales contactamos con nuestra parte más humana: con lo que nos gusta y lo que no. En el refugio hay pavos, gallinas, cerdos, ovejas, cabras, perros, gatos, caballos, burros, patos, ocas, tortugas, conejos, un erizo, un loro, palomas, chinchillas y, claro, nosotros los humanos que vamos de visita. Os va a encantar. Actualmente, están ampliando las instalaciones.
Y de La Bassa nos fuimos a conocer el paso marítimo de Coma-ruga. Como estábamos muertos de hambre hicimos parada en el Restaurante Casa Pepe (Passeig marítim de Coma-ruga, 30) en el que comimos de maravilla unas tapitas. Es famoso también por sus arroces. Está genial comer aquí porque los niños pueden jugar al lado en los columpios que hay en la playa. De ahí caminando llegamos al parque Diver Lúdic, un espacio de la Fundación Santa Teresa construido entre los árboles. tenéis un bosque de aventura con instalaciones de juegos y entretenimiento familiar, como los diferentes circuitos en los árboles con puentes, tirolinas, pasarelas, lianas y redes para todas las edades. Y justo delante de la playa en el que se instalan las paradas del mercadillo, que también apetece conocer de paseo.
En el Diver Lúdic podéis encontrar 4 circuitos de aventura. Un circuito infantil para los más pequeños (de 3 a 7 años con menos de 130cm de altura); aquí tenéis que acompañar al peque porque los monitores os enseñan cómo funcionan los enganches pero luego el recorrido es responsabilidad de los padres. Luego dos circuitos azules para toda la familia (recomendados para mayores de 7 años y que superen el 120cm de altura). Jorge lo hizo casi con los ojos cerrados. Finalmente, un circuito rojo para los más intrépidos (mayores de 10 años y que superen el 145cm de altura). En definitiva, más de 50 actividades para que todos podamos disfrutar y compartir en familia. Al acabar podéis tomar un helado o refresco en e Chiringuito La Canya.
La verdad es que acabamos muy cansados y nos fuimos al Hotel Nuba Coma-ruga a descansar. Antes eso sí, nos dimos un bañito en su piscina interior con spa.
Al día siguiente os recomiendo un clásico si estáis en la zona: el Karting el Vendrell (está a 10 minutos del Hotel Nuba Coma-ruga). Hay dos circuitos para grandes y pequeños. Yo subí al biplaza con Valentina ya que es apto para niños a partir de 2 años. Jorge y papá condujeron un kart de 4 ruedas y pisaron fuerte el acelerador. Pasamos una mañana muy divertida y fue algo totalmente innovador para ellos. Para comer fuimos al restaurante Vil·la Casals del Museo Pau Casals que estaba cerrado. Esta es la casa de verano del famoso violonchelista nacido en el Vendrell. Hay mil cosas más para hacer en la zona pero ya veis que nosotros no paramos.
Tanto Calafell como el Vendrell son destinos de turismo familiar que podéis descubrir más allá de su clásica oferta de sol y playa. Castillos, ciudadelas, parques de aventura, centros culturales… hay muchísimas opciones adaptadas a las necesidades de las familias. Espero que nuestros consejos os sirvan para programar una ruta.
Aquí tenéis otras rutas que hemos hecho por la Costa Daurada:
2 Comments
Muchas gracias por vuestros comentarios.
Fue un placer recibiros en nuestra casa, que por unos dias fue la vuestra.
Saludos!!!
Estuvimos súper cómodos Carles. Un abrazo