Este es un blog para familias. En él os hablo de viajes y propuestas de ocio para hacer con los peques, pero también me gusta dedicar un espacio a la educación de nuestros hijos. En algunas de mis entradas veréis libros para disfrutar juntos, en otras leeréis acerca de conferencias a la que he asistido porque hay temas que me preocupan mucho como madre. Uno de ellos es el bulling. Nunca lo sufrí de pequeña pero sí algunos de los compañeros de mi clase. ¿Sabéis cuál era siempre mi actitud? Separarme de los abusones y chuletas para apoyar a las víctimas. Como a mi me respetaban sabía que si me aproximaba a ellos acabarían por no acosarlos. Era algo innato. Cuando se reían o burlaban de alguien me sentía profundamente avergonzada, como si me lo hicieran a mi. A mi hijo, que ya tiene 8 años, se lo he contado. También a mi hija de 4. Jamás deben reírse de nadie ni maltratar a nadie en su clase y mucho menos apoyar a quiénes lo hagan. Ellos tienen que ser lo suficientemente valientes para decir basta y para denunciarlo. Hay una palabra clave en la educación: el respeto.
Pero hoy estoy aquí para mostraros la realidad. Que resulta escalofriante. El jueves y viernes asistimos al Simposio del Colectivo Fu y la Fundación FC Barcelona #Contraelbulling. Tuvimos el testimonio de unas 30 personas afectadas directamente por el bullying. Artistas, periodistas y escritores de reconocido prestigio participaron en los debates para alzar la voz contra el acoso escolar. También otros profesionales del sector ofrecieron recursos y soluciones con el objetivo de conseguir que las escuelas puedan sentirse orgullosas de actuar y tomen un rol activo contra el bulling.
Con alguno de los testimonios lloré. Me gustaría poder transmitiros en esta crónica el dolor tal como lo sentimos al oír a padres que han perdido a sus hijos por el bulling o adolescentes ya adultos cuya vida ha sido marcada por el acoso escolar. De verdad, este tipo de jornadas nos tiene que ayudar a los padres a vigilar a nuestros hijos, a hablar con ellos, para que no sean maltratadores ni permitan ser maltratados. Pero también a los profesores porque el bulling empieza en las aulas y se extiende fuera de ellas. La comunidad educativa tiene aquí un compromiso enorme. Os animo a escuchar a los padres de Alan, el chico de 17 años que se suicidó tras sufrir un acoso continuado por ser transexual. Son un ejemplo de valentía pero a la vez de denuncia y de sufrimiento tras perder a su hijo, víctima de la transfobia. Tenéis sus vídeos en la web de la Fundación FC Barcelona, os recomiendo verlos. De hecho tras los dos días, una mesa de trabajo formada por entidades ciudadanas ha generado el Manifiesto Alan para elevarlo a las autoridades correspondientes con la adhesión de estudiantes, escuelas y sociedad en general.
Jaume Borràs, el padre de otro joven denigrado en primaria, ratifica unos daños irreparables que se extienden a toda la familia. “Mi hijo vivió un infierno y yo caí en una depresión grave. Nos cambió la vida. Tuvimos que irnos del pueblo, cambiar de trabajo, vender la casa… Es una injusticia porque el agresor no lo paga, queda impune, lo paga la víctima”, explica Jaume. “De las etiquetas somos todos responsables… Dejé de confiar en el sistema. La administración no te da herramientas”.
Albert Om entrevistó a Miriam a quien una deficiencia auditiva marcó su diferencia. “No se olvida nunca. He vuelto a tener ataques de pánico, recuerdos. Te queda el miedo, mucho miedo”, atestigua Miriam, de 25 años. “Nunca fui consciente que sufría una injusticia. Pensaba que era mi culpa por ser como soy. Soy una superviviente del bulling”.
María cuenta que su hijo tiene miedo de encontrarse con los agresores, que viven a cuatro calles. “Aún les salen eccemas por los nervios”. Las agresiones contra él empezaron en P4, con 4 años, ahora tiene 12.
Koke habló del bulling en el trabajo que cambia de nombre y se llama moobing. “El bullying se normaliza, quien lo sufre lo acaba aceptando”. “Perdí la adolescencia. Solo quería hacerme grande.”
Esther y Xavi, los padres de Alan (que acabó con su vida en diciembre de 2015 con 17 años), intervinieron para alertar del “enorme sufrimiento que padecen los acosados, la mayoría con ideas de suicidio” y recordar que la muerte de su hijo es un “asesinato social”. “Le eligieron porque era una buena persona, van al más vulnerable y sensible”, contó la madre emocionada. “Queremos que la gente se de cuenta y reflexione, por eso estamos hoy aquí. Hay que tener muchos ojos y vigilar”, explica Xavi, el padre. “Alan cambiaba de centros pero el bulling viajaba con él”.
Cuando ves que lo que ocurre es bulling lo primero que haces es hablar con la escuela. El primer problema está aquí. Nadie quiere reconocerlo. ¿Entonces cómo se puede solucionar? “Después de todo lo ocurrido nos hemos dado cuenta que las personas que hacían bulling han continuado haciéndolo al año siguiente y al otro… la víctima es la que tiene que irse de la escuela, no los agresores. Es curioso”, explicaban. “No solo la escuela no lo reconoce sino que las nuevas escuelas que tampoco lo aceptaban. Cuando tu pones un hijo en una escuela, es un acto de fe, estas dejando lo más preciado, en un centro escolar, dando tu confianza. Todos tenemos diferencias que no hacen extraordinarios. El bulling no se acaba en la escuela, te condiciona la vida. A la hora de relacionarte, de hablar con la gente, se te crea una coraza. Muchas veces la última que se entera es la familia. Si esa persona sufre, hay bulling”.
Algo falla cuando en una sociedad 1 de cada de 10 niños tiene miedo de ir a la escuela o no quiere ir, es terrible. “Y además, por defecto desacreditamos a los adolescentes. En las escuelas se debería hablar más del bulling y no querer esconderlo. El bulling es responsabilidad de los adultos. Somos lo encargados de poner las herramientas. Nos toca entender el momento que estamos viviendo”, explicaron.
Os seguiría narrando la experiencia de los participantes, pero os animo a ver los vídeos colgados en la web de la Fundación FC Barcelona. “La vida es un proyecto a largo termino y a veces la enfocamos a pequeños trozos. Tenemos que tener herramientas para construirnos”. La escritora Lolita Bosch creadora del Colectivo Fu dijo: “Vivimos en un país con muchos derechos, pero nos faltan herramientas para parar el bulling. ¿Qué no estamos haciendo bien? Si a alguien le debemos que se haga este Simposio hoy, es a Alan”.
El Colectivo Fu y la Fundación FC Barcelona impulsaron este Simposio comprometidos en la lucha y prevención contra la violencia infantil y juvenil. La Fundación del FC Barcelona tiene como misión dar soporte a la infancia y a la juventud de los colectivos más vulnerables mediante el deporte, la educación en valores, con la finalidad de contribuir a una sociedad más igualitaria e inclusiva. Hoy en día, la Fundación llega a más de 700.000 beneficiarios en todo el mundo. Con su nuevo plan estratégico 2006-2021 la Fundación FC Barcelona establece como líneas de actuación principales: el acceso a la educación y la prevención contra la violencia infantil, juvenil y la lucha contra la exclusión social. En este marco la lucha contra el bulling es una prioridad.
One Comment
Gracias por compartir esta charla tan importante.. luchemos todos contra el bullying.