Vivo en un sitio costero. Os voy a contar cómo son esos fines de semana en los que bajo a la playa, para descansar. Por supuesto, vamos toda la familia, para poder desconectar juntos y disfrutar de la estación del año en la que podemos vernos más tiempo. Vienen mis hermanos, mis sobrinos y mi madre. Así, podemos repartirnos el tiempo que estamos pendientes de los peques, de manera que es más fácil concentrarse en una misma y relajarse, ¿sabéis lo que sucede? En mi caso, la inactividad me pone nerviosa, y en el de los peques, entran en un estado de excitación tal, que no descansan ni siquiera cuando llegan a casa. Siempre dicen: debería haber unas vacaciones de las vacaciones ¿Os imagináis qué pasa cuando empezamos nuestro viaje en familia? Al principio, era una fuente de estrés más que otra cosa. Por eso, he querido traeros a Familias Activas los consejos que más me sirvieron para tener unas vacaciones que de verdad me relajan
Tips para descansar en tu viaje en familia
Elige bien el destino
Una de las equivocaciones que solía cometer antes era viajar donde los demás me decían. A veces, nos dejamos llevar por la popularidad de un lugar, sin pensar si, en realidad, es el mejor sitio para nosotros. Lo primero fue cambiar esa mentalidad y preguntarnos ¿qué necesitamos para desconectar? ¿qué nos pide el cuerpo? Los adultos de la familia somos esencialmente tranquilos, aunque los peques tienen la energía propia de su edad. Llegamos a la conclusión que los mayores necesitábamos un entorno silencioso y actividad física, mientras que los niños precisaba esa actividad y hacer amiguitos. Desde que llegamos a esa conclusión, hemos apostado por países donde domine la naturaleza. No obstante, al principio, pasamos dos o tres días en un ciudades que, aunque más bulliciosas, son muy ricas culturalmente.
La importancia de dejarse llevar cuando viajas en familia
Durante esos primeros días en ciudades concurridas, tenemos una programación más estricta de lo que nos gustaría. Sabéis lo mucho que nos gusta el turismo cultural. Los museos y monumentos tienen un horario y colas largas. Aunque nos tenemos que ajustar a ello, por la noche, preferimos improvisar. Una filosofía que dura todo el viaje. Si vamos con un itinerario muy rígido, nos parece que estamos trabajando en vez de descansando.
Busca momentos para ti
Como os decía, pasar tiempo sin hacer nada, me pone muy nerviosa. Lo que yo hago para estar conmigo misma es algo muy sencillo: levantarme por la mañana, desayunar sola y leer bajo la brisa de la mañana, con frente a un paisaje verde. Además, me llevo un blog de notas para apuntar cómo me siento. De esta manera, consigo tener un momento de presencia completa. Por supuesto, me dejo el móvil en la casa o en el hotel donde nos alojemos.
Abrazos mucho
Mi nivel de estrés suele ser bastante alto. Los peques tienen también sus obligaciones. Al final, nuestro día a día se traduce en cumplir con una serie de tareas. Como mucho, damos un beso antes de dormir y antes de dejarlos en el cole, como si esos besos fueran parte de esa lista de tareas. Ahora, en vuestro viaje, no tenéis otra cosa que hacer que disfrutar juntos, charlar y ser cariñosos los unos con los otros. Reconozco que a mí me cuesta entrar en esa rutina, pero cuando comienzo a sentir el cariño, a notar la piel de mi familia en un ambiente distinto, lo agradezco.
Si te das cuenta, desconectar y relajarse es, en realidad, conectar contigo y con tu familia. Lo ideal es que el entorno en el que te mueves, te ayude a hacer esa conexión. Por eso eso, elegir el destino es tan importante, ¿seguiréis nuestros consejos?