Es curioso, pero en mi casa, el silencio era de mi padre. Un silencio extraño, porque sin apenas hablar, nos ha influido mucho a mí y mis hermanos. Ahora que no está, lo echamos mucho de menos. Con frecuencia, nos preguntamos por qué no le habríamos pedido que nos contara aquéllo o esto otro. A veces, lo hacemos entre risas, otras, la melancolía es más fuerte que la alegría de imaginarnos junto a él. Para evitar esos “ojalás”, es un fundamental que sigamos por esta nueva senda de la paternidad de las Familias Activas, donde ellos son tan importante como ellas. Hay pocas cosas más reconfortantes que recordar la voz de un padre. Por eso, os proponemos que aprovechéis el Día del Padre para que vivir una experiencia que se os quede dentro, ¿qué os parece?
Cómo convertir el Día del Padre en un día memorable
Lo mejor es empezar por lo que más se espera: el regalo. Lo ideal es que incluyas a los peques en la toma decisiones. Pensad en algo algo que le haga mucha ilusión. En algo que él relacione con ese deseo que no ha podido cumplir aún. Si yo pudiera hacerlo con mi padre, lo tengo claro: un billete de tren. Siempre decía que le habría gustado cruzar España en tren. Pensad en algo de una importancia parecida. Así, le estaréis regalando un sueño. Incluso, podéis acompañar el regalo de una carta emotiva
Actividad en la ciudad: un día en el parque de atracciones
Si hay algo que echamos de menos, es la infancia. La adrenalina de estar descubriendo cosas constantemente. Los adultos hemos perdido esa inocencia. Por eso, me parece que el parque de atracciones es el mejor lugar para retomar esa euforia. Las atracciones, los espectáculos, la ambientación y los disfraces le harán conectar con el pequeño que lleva dentro. De esta manera, se establecerá un tipo de comunicación nueva con los peques y jóvenes: más abierta, más igualitaria, más desinhibida.
Pizza y una película familiar de los 90
Se trata de seguir conectándolo con su versión más infantil. Y si hay algo capaz de reproducir esa sensación de ser el chaval que fue, es ver esa película que nunca se perdía. En aquellos tiempos, el acceso al cine no era tan fácil como hoy. Por eso, emitían tu peli favorita en la televisión, o traían la cinta al videoclub, hacías todo lo posible por verla. Era todo un acontecimiento. Para muchos, la única oportunidad de que nuestros padres nos dejaran pedir pizza.
Un mural antes de ir a la cama
A estas horas, seguro que piensa que el Día del Padre se ha acabado. Será el momento de despedirlo con una sorpresa: un mural con fotos y frases bonitas de otras actividades en familia. Las manualidades han sido siempre el regalo estrella. Pero hoy las apreciamos más. Ahora que podemos comprar lo que queramos, o encargar un álbum de fotos, sin movernos de casa, que alguien dedique su tiempo y su esfuerzo en darnos algo bonito es impagable.
Seguro que no olvidará jamás un día como este. Ni él, ni nadie de la familia. Y si la tuya es una familia homoparental, donde hay dos papis, también lo podéis hacer. Aunque tendréis que consensuar la actividad en la ciudad, los regalos seguirán siendo una sorpresa. En cualquier caso, es día para disfrutar juntos y crear recuerdos a los que recurrir siempre que necesitemos un refugio.