Uno de los mayores retos a los que suelen enfrentarse los padres es el fomento del estudio en casa durante la etapa de sus hijos en secundaria. Esta coincide con los cambios propios de la edad y, por ello, si no se presta especial atención a los estudios, suele resultar en un pequeño bajón en las calificaciones. En este sentido, muchos padres piensan que la solución está en encontrar un buen instituto. De hecho, si vivimos en la Comunidad Valenciana, hallaremos grandes opciones de Instituto educación secundaria en Alicante, aunque, si bien es fundamental la enseñanza en el aula, también lo es la implicación en casa.
Debido a los cambios derivados de la edad que hemos comentado antes, puede resultar difícil batallar con nuestros hijos para que no descuiden sus estudios, pero no es imposible. A continuación, vamos a mencionar algunas buenas prácticas que pueden ayudarte en este objetivo.
1. Preparar una zona de estudio
Estudiar requiere concentración y, por ello, lo más recomendable es preparar un rincón o una zona de estudio donde nuestros hijos puedan hacerlo sin distracciones. Un asiento cómodo, una mesa o escritorio únicamente con el material de trabajo y nada de televisión, consolas o tablets cerca nos ayudarán en este propósito. Asimismo, si necesita el portátil para trabajar, es recomendable activar el control parental. Se trata de que puedan estudiar tranquilos y centrados.
2. Tiempo de estudio
Crear hábito de estudio está muy relacionado con el tiempo que se invierte en ello. Siendo sinceros, mantener la concentración durante horas es casi imposible para todo el mundo, por lo que lo mejor es establecer un horario de una a dos horas y trabajar en intervalos. De esta manera, si se permite un descanso de cinco minutos cada veinticinco o media hora, será mucho más provechoso.
3. Organizar bien el trabajo
Trabajar o estudiar de forma caótica siempre es contraproducente. Para evitarlo, primero hay que revisar con ellos las tareas que hay que hacer y la lección del día, pero ¡ojo! no se trata de sobrecargarlos de trabajo. La idea es darles pautas sobre cómo ponerse ellos mismos objetivos concretos que pueden cumplir. De esta manera, fomentaremos buenas prácticas de estudio para que conforme vayan avanzando de curso lo hagan por su cuenta.
4. Implementa otras formas de aprender sin estudiar
En muchas ocasiones, la palabra estudiar es lo que genera rechazo en nuestros hijos. Por esta razón, existen formas de que aprendan y estudien sin darse cuenta. Por ejemplo, viendo algún documental o serie en familia que tenga que ver con el temario, proponiendo lecturas que puedan ser de su interés, organizar un día para ver exposiciones o visitar museos…
Al final, se trata de darles las pautas y su propio espacio, es decir, orientarlos. Si nos interesamos por lo que están aprendiendo, ellos se sentirán más motivados. Si nosotros, como padres, nos involucramos en sus estudios, empatizando con ellos y demostrando que nos preocupamos por sus intereses, será más fácil lograr que ellos también se involucren.