El Carnaval es disfrazarse. Como diría Cristina Pedroche, “eso es así”, pero ¿y si aprovechamos esta oportunidad para hacer una de esas actividades originales de las Familias Activas que tanto nos gustan? ¿Qué te parece este plan: disfrazaros de aquello que os da miedo, rechazo o incluso admiraáis por su actitud vital? Cuando era estudiante, fui a una fiesta similar. Consistía en imaginarte un personaje, por ejemplo, Beyoncé. Una vez que elegíamos a ese personaje, nos vestíamos como ellos, pero nos comportábamos también como ellos. No se trataba de una parodia, sino de imaginarte ¿cómo serías tú siendo otra? ¿Qué clase de estrella del pop serías? ¿qué sentirías al ser una persona negra rodeada de personas blancas? Y este año, vamos a montar una fiesta similar en casa. Además de divertido, me parece ideal para los peques
Carnaval para educar y divertirse
Cuando entras en las redes sociales e intentas dialogar con otras personas que piensan de manera diferente a ti, la respuesta suele ser agresiva. Los niños y niñas están expuestas a eso también, al tiempo que se enfrentan al peligro del bullying o del cyberbullying, incluso al de convertirse ellos mismos en abusones. El ambiente está muy crispado en general, y para paliar esta situación, lo ideal es empezar con nosotros y ¿qué mejor forma de hacerlo juntos y divirtiéndonos?
Una fiesta de disfraces para educar en valores
Los peques suelen querer disfrazarse de sus héroes y heroínas. Esta vez, podemos proponer algo diferente. Cambiar de óptica. A mi sobrina, le dan mucho miedo algo que ella llama “las madrastras”, es decir, las malas del cuento. Su mami le ha propuesto venir vestida de madrastra. Como aún es muy pequeña, mi cuñada hará lo mismo. Además, me ha confesado que también para ella es interesante. Verse como “madrastra” de su propia hija también la pone en una situación curiosa, porque en el fondo, todas tenemos el temor de que alguien cumpla nuestro función. Teniendo en cuenta que el tema de la fiesta es “¿cómo serías si fueras otra?“, creemos que será útil para las dos.
Se trata, pues, de disfrutar en la incomodidad. Óscar Espirita, un poeta del que os he hablado mil veces, intenta en sus libros hacer algo similar. Humanizar los estereotipos. Darles alma. En este sentido, los disfraces pueden tener un efecto similar. Cuando te ves vestida y caracterizada como alguien en realidad está muy lejos de tu propia personalidad, entiendes mejor sus sentimientos. Por tanto, esa sensación nos llevará a ser más precavidos a la hora de juzgar a quienes no conocemos y, por supuesto, a rebajar la intensidad de la crispación.
Evidentemente, una fiesta de carnaval no es la única solución para mejorar la empatía y la inteligencia emocional. Pero sí es un granito de arena que suma, y mucho, sobre todo porque también los mayores de las Familias Activas nos implicamos en la celebración. En el fondo, lo que más les gusta en la vida es hacer cosas con nosotros, y si encima se trata de una fiesta…
Os animamos a que probéis la experiencia y a que nos contéis cómo os ha ido. Cómo han reaccionado los peques y cómo lo habéis hecho vosotros. Es un plan que nos entusiasma, así que estaremos muy atentas a vuestros comentarios, ¿os apuntáis?