En el pasado mes de abril, en el post que encontraréis pinchando el siguiente enlace, os hablábamos de Vengadores: Infinity War, planteada como el gran acontecimiento épico, no solo de la temporada, sino también del llamado Universo Cinematográfico Marvel. Respaldada por un éxito de taquilla sin precedentes, el filme venía a cerrar diez años de historias superheroicas en la gran pantalla.
Ahora nos llega el nuevo capítulo de la saga, Ant-Man y la Avispa, a priori un título menor dentro del arco argumental, pero que, a su vez, funciona a la perfección como alivio dramático de los acontecimientos vividos en su predecesora. En ella nos volvemos a reencontrar con Scott Lang (Paul Rudd), enfundado de nuevo en el traje de Ant-Man, un atuendo que le proporciona la capacidad de variar de tamaño a su antojo. Esta secuela también nos trae de vuelta a otros personajes como Hope (Evangeline Lilly), la Avispa del título, y a su padre el doctor Hank Pym (Michael Douglas).
En 2015 ya se estrenó la primera de sus aventuras, y ahora nos llega su continuación, sin duda superior, donde la acción y la comedia se dan de la mano de una manera deliciosa. Paul Rudd, su protagonista, derrocha simpatía, y sabe acercarse de manera innata al público familiar. Por ello, Ant-Man y la Avispa se puede considerar la película más apropiada para todos los públicos de la citada franquicia.
A lo largo del metraje no es necesario presentar a los personajes, lastre del que adolecía el primer capítulo. La historia se rinde a la diversión constante y a una serie de peripecias basadas, en gran medida, en distintas tramas paralelas que transcurren a la vez. La película se mueve en la dinámica del género fantástico luminoso, y su intención de agradar se desarrolla sin ningún esfuerzo. Hope y Scott Lang forman una pareja con una química estupenda, fruto de una excelente elección de casting. Por su parte la veteranía de actores como Michael Douglas, Laurence Fishburne y Michelle Pfeiffer dotan al filme de un carisma muy por encima de la media en esta clase de productos.
Existen muchas conexiones entre esta aventura y las cintas de los 80, década en la que se realizaban producciones similares en las que el discurrir de la “maravilla” fantástica se realizaba de manera natural y sin la necesidad de recurrir a personajes demasiado complejos. También tiene aroma a serial, incluso desde su acertadísimo título, haciendo que el conjunto se presente deudor de las más adorables series B.
Los jóvenes la disfrutaran a raudales y los adultos no se quedarán atrás, haciéndoles recordar a esas sesiones de verano de los viejos cines de barrio. En definitiva, una pequeña gran maravilla en medio de un verano falto de sorpresas.
En este enlace encontrarás el tráiler de la película.