Cuando piensas en llevar a los niños más pequeños de la familia a un espectáculo musical, lo primero que se viene a la cabeza son los Cantajuegos y los diversos sucedáneos que han ido proliferando durante los últimos años en diversos escenarios de España. Son las canciones infantiles de toda la vida y nos gusta ver cómo nuestros hijos comienzan a tararearlas, porque de alguna manera conectamos de nuevo con nuestra infancia.
En el coche solemos llevar algún disco de este tipo, como Los payasos de la tele, para que los viajes más largos, cuando vamos de vacaciones, sean un poco más entretenidos. Pero también los mayores tenemos nuestro momento de canciones “para adultos”. Nosotros, por ejemplo, tenemos un CD recopilatorio de Tina Turner, que está ya un poco rayado de tanto usarlo. Y Elena, que va a cumplir siete años, se conoce alguna canción y la pide por el número que aparece en el visor del lector de cedés.
Lo que no imaginamos nunca es que acudir a un concierto de rock en un teatro pudiera ser una experiencia tan estimulante para asistir en familia. Y menos con canciones que, a priori, podrían no ser muy recomendables para los niños y las niñas. Pero el espectáculo “El rock suena… en familia”, actualmente en cartel en el Teatro Fígaro de Madrid (domingos a las 12:30 horas) ha logrado que todos terminemos dando saltos juntos en el patio de butacas.
Un repaso a la historia de rock
Sergio Aparicio, Carlos García-Zúñiga y Raúl García son los creadores de este divertida y didáctica ‘performance’, donde se realiza un repaso de históricas canciones del rock de grupos tan emblemáticos como The Beatles, The Rolling Stones, AC/DC y Queen, sin olvidarse de la pegadiza La Bamba, de Ritchie Valens.
Estos músicos, que se presentan bajo el nombre de Happening, son profesionales con más de tres lustros de experiencia que han actuado junto a Amaral, Melendi, Pereza, Celtas Cortos o Los Secretos. E incluso tienen su propia Escuela de Rock en Valladolid, centrada en el aprendizaje por parte de los más pequeños de un estilo de música que se ha convertido en universal
Con este bagaje, no es de extrañar que sepan conectar tan bien con los más pequeños de la casa, amenizando las canciones con la historia de cada grupo y haciendo que todos participemos como si estuviéramos ante un auténtico concierto de rock. De hecho, y sin darnos cuenta, estamos asistiendo a un verdadero concierto con nuestros hijos, con quienes nunca hubiéramos imaginado que pudiéramos ir a ver un espectáculo de este tipo. Pero es precisamente la universalidad del lenguaje musical y las ganas de pasarlo bien lo que consigue romper las barreras y los prejuicios.