La zona del Museum Park es de mis preferidas de Miami. El parque es perfecto para pasear, jugar con los niños o hacer un picnic. Además, desde aquí, las vistas al océano y la ciudad son espectaculares. Por si todo eso fuera poco, es también donde se encuentran ubicados dos de los principales museos de Miami. Ambos son espectaculares por su arquitectura, pero también por sus exposiciones. Se trata del Perez Art Museum Miami y el Phillip and Patricia Frost Museum of Science.
Hoy, en Familias Activas, os quiero hablar de este último, el Frost Science, y recomendaros una de sus últimas exhibiciones temporales: ‘Brain: The Inside Story‘.
Todas las exposiciones del museo son muy recomendables, pero esta sobre el cerebro me gustó especialmente. Si vivís en Miami, os animo a que la visitéis antes del 15 de abril, cuando finaliza. Además, si vais con los niños, les entretendrá muchísimo porque es muy didáctica e interactiva. Nosotros lo pasamos muy bien tratando de resolver todos los retos que nos proponían y exprimiéndonos las neuronas 😉
Así pues, ‘Brain: The Inside Story‘ nos cuenta cómo ha evolucionado nuestro cerebro, cómo funciona y de qué forma los avances tecnológicos podrían cambiarlo en un futuro. Para ello, utiliza los más recientes descubrimientos científicos en el área de la neurociencia.
A mí me encantó, por ejemplo, aprender qué partes de nuestro cerebro están implicadas en el sentido de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto y descubrir cómo todas ellas se comunican para proporcionarnos una experiencia sensorial completa, de la misma forma que lo hacen los instrumentos de una orquesta en una melodía. De hecho, podréis comprobar cómo en función de las imágenes que vemos, podemos interpretar un mismo sonido como si fuera un aguacero o una loncha de bacon friéndose en la sartén.
Otra de las cosas que me sorprendió fue experimentar que, inconscientemente, asociamos sonidos con formas. También, que contamos con partes del cerebro muy parecidas a las de otros animales (incluidos los lagartos) y que compartimos emociones básicas como el miedo y el enfado con los mamíferos e incluso reacciones corporales similares. Por ejemplo, a perros y humanos se nos eriza el vello cuando nos asustamos o estamos irritados.
En esta exposición también podréis comprobar de qué forma nuestras emociones vienen determinadas por los niveles de diferentes sustancias químicas en el cerebro y cómo influyen nuestras decisiones en este hecho. Si hacéis el simulacro que proponen, seréis más conscientes de cómo nuestras emociones pueden interferir en nuestras acciones en nuestro día a día.
No obstante, la parte que más me gustó fue la dedicada al lenguaje y a cómo aprendemos idiomas. Nos reímos mucho tratando de pronunciar correctamente (sin ningún éxito) el inglés, el urdú, el ruso, el chino y el igbo. Esto pasa porque, al nacer, somos capaces de aprender cualquier lengua. Sin embargo, a medida que vamos creciendo, las áreas del cerebro implicadas en el lenguaje son cada vez menos flexibles y habrá sonidos que difícilmente lograremos pronunciar, si no estamos expuestos a ellos en nuestros primeros años de vida. Esta es la razón por la que un niño puede aprender un nuevo idioma perfectamente, mientras que sus padres seguirán teniendo un acento extranjero para toda la vida.
También fue divertido comprobar que no voy muy sobrada de memoria procedimental (la que interviene en el recuerdo de las habilidades motoras y ejecutivas imprescindibles para realizar una tarea). Necesité varios intentos para conseguir trazar una estrella sin utilizar el espejo.
En esta exposición del Frost Science, entre otras muchas cosas, también descubriréis y experimentaréis los diferentes tipos de inteligencia, los límites de nuestra memoria, cómo se comunican nuestras neuronas, la forma en que nuestro cerebro evoluciona con el paso de los años, por qué somos capaces de leer en Braille y la sorprendente capacidad de este órgano de ‘reconectarse’ y adaptarse a las diferentes experiencias, discapacidades o traumas.
De verdad que pasamos una mañana muy entretenida y el contenido de la exhibición es muy interesante, por lo que os la recomiendo muchísimo. Si vais con los niños, no os vayáis de allí sin visitar el espectacular acuario del Frost Museum of Science (¡imprescindible en cada visita !), tocar las rayas y ver los caimanes bebés.