Viajamos al imperio del hielo en Argentina

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Hay mucha gente a la que no le gusta el verano. Más de los que nos imaginamos. Por este motivo, y dedicado a todos ellos, invitamos a nuestros lectores a viajar a una latitud en la que ahora están en pleno invierno. En estos momentos Ushuaia, en Tierra de Fuego, la población más austral del planeta, disfruta de unos agradables 5 grados de temperatura. Un mundo al revés, con respecto a Europa, que celebra la Navidad en chanclas y camiseta, mientras en julio y agosto se abrigan hasta arriba para no coger el típico resfriado.
Aun siendo invierno o verano el llamado Campo de Hielo Patagónico Sur se presenta como la tercera masa helada mas grande del mundo, tras las de la Antártida y Groelandia. Se encuentra situada en los Andes sirviendo de frontera natural a los países de Argentina y Chile. Su extensión es de aproximadamente 350 kilómetros, y su descenso a los valles produce los magníficos glaciares que atraen a millones de visitantes de medio mundo.

El Campo de Hielo Patagónico Sur desciende a los lagos en forma de glaciares.
El Campo de Hielo Patagónico Sur desciende a los lagos en forma de glaciares.

De todos ellos destaca especialmente el Glaciar Perito Moreno, cuyo descenso al brazo sur del lago Argentino presenta un espectacular frente de 5 kilómetros de longitud, además de emerger sobre el agua a una altura de 60 metros. Esta maravilla de la naturaleza recibe el nombre de Francisco Moreno, director del museo de la Sociedad Científica Argentina, además de todo un explorador de las regiones australes de su país.
La mejor manera de visitarlo es hacerlo desde Calafate, a unos 80 kilómetros del glaciar. Esta población conserva todavía los atractivos de una ciudad de frontera, último bastión medianamente poblado antes de adentrarnos en las regiones más remotas del continente americano.
El hielo presenta formas caprichosas que maravillan a los visitantes que llegan de todo el mundo.
El hielo presenta formas caprichosas que maravillan a los visitantes que llegan de todo el mundo.

Nos podemos aproximar a sus paredes heladas con el barco que lo bordea, o disfrutarlo desde el imponente mirador principal. Los más atrevidos también pueden caminar por su irregular superficie en excursiones guiadas en las que el uso de los crampones es obligatorio.
Cualquier época es buena para visitarlo, incluso en invierno, aunque la mayor parte de los viajeros recomiendan hacerlo en primavera o en verano. En estas estaciones la subida moderada de las temperaturas hace que la rotura de sus paredes sea todo un espectáculo. Sin ir más lejos, en el pasado mes de marzo se produjo la última, la quinta de lo que llevamos de siglo. La misma reunió a miles de turistas, pero lamentablemente el puente de hielo se vino abajo durante la madrugada y con el parque cerrado a las visitas.
Si queréis obtener más información sobre la última ruptura, os invitamos a que leáis el siguiente artículo pinchando en este enlace.

Francisco Javier Millán

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