Disney adelanta la Navidad con el estreno de El Cascanueces y los Cuatro Reinos, su nueva gran producción de fantasía basada en el cuento original de E.T.A. Hoffman, mundialmente famoso por su adaptación al ballet con música de Tchaikovsky. En esta versión actualizada, Clara, la joven protagonista, recibe como regalo de Nochebuena una caja de valor incalculable, que perteneció a su madre recientemente fallecida. Este objeto tan solo se abre con una llave única que encontrará en un extraño y misterioso mundo paralelo. Allí es donde Clara encuentra a un soldado llamado Phillip, a una pandilla de ratones y a los regentes que presiden los tres Reinos: la Tierra de los Copos de Nieve, la Tierra de las Flores y la Tierra de los Dulces. Clara y Phillip deben unir fuerzas y desafiar al terrible Cuarto Reino, dominado por la tirana Madre Jengibre, y así reinstaurar la armonía en un mundo cada vez más inestable.
E.T.A. Hoffmann escribió El Cascanueces y el Rey de los Ratones en 1816, para luego, posteriormente, ser adaptado por Alejandro Dumas padre, con el fin de que el texto sirviera de base a la música de Tchaikovsky. El director de los Teatros Imperiales Rusos tenía la intención de estrenar este cuento de hadas una semana antes de Navidad, ya que la historia se desarrolla en Nochebuena. A partir de entonces se convertiría en una tradición navideña en todo el mundo.
El Cascanueces y los Cuatro Reinos de Disney destaca especialmente por su estilo deslumbrante, tanto en los ambientes, el vestuario, los peinados y el maquillaje. Detrás de estos diseños se encuentra Guy Hendrix Dyas, muy conocido por sus trabajos en películas como Origen o Steve Jobs. Cada uno de los reinos tiene un look temático, al igual que ocurre con el maquillaje y el vestuario de todos los personajes que los habitan. A este respecto, Hendrix Dyas añade: “Queríamos reflejar la Navidad de fantasía en la que creen los niños. Pedimos a todos los miembros del equipo que sacaran a relucir el niño que llevan dentro. Hubo ideas clásicas y otras poco habituales”. La película arranca en el Londres de 1879, en la mítica era victoriana.
Lasse Hallström, el director de la cinta, afirma: “La atención al detalle y la extraordinaria imaginación de este grupo de profesionales no tiene parangón. Todos los elementos son absolutamente perfectos”.
Uno de los grandes aciertos del filme es su magnífica banda sonora. Ésta corre a cargo de James Newton Howard, compositor que ha mantenido el ambiente del ballet original, haciendo referencias constantes a la obra de Tchaikovsky. Por otro lado, Gustavo Dudamel, director de orquesta venezolano, se encarga de la conducción de la partitura, e incluso se atreve con una aparición especial que remite a la imagen de Leopold Stokowski y “Fantasía”, el clásico animado de Disney. Por si esto no fuera poco, el pianista Lang Lang, considerado uno de los mejores en su especialidad, reproduce algunos de los pasajes musicales de la cinta con el instrumento que le ha dado fama mundial.
Aquí en este enlace os dejamos el tráiler.
